En el ejercicio de la mediunidad con Jesús, solo es victorioso aquel que se humilla ante el Maestro, reconociendo su pequeñez.

Hermanas, no somos nada más que vehículos simples de las Fuerzas del Bien o del Mal.

Jesús, el Maestro Mayor, nos invita al amor y al trabajo en Su nombre, pues son muchos los carentes, los enfermos, los perdidos y los afligidos en el plano astral, necesitados de vuestra ayuda en la comunicación mediúnica, en la caridad anónima del servicio con Jesús.

Multiplicad las atenciones, servid con amor, pues le servimos a Él cuando limpiamos las lágrimas de los sufridores, cuando despertamos a aquellos que duermen en la ignorancia.

Es a Él al que le hacemos la caridad y somos nosotros mismos los mayores beneficiados.

Salve, Jesús!

Y con Él sigamos, mis hermanas, trabajando, renovados en nuestra fe, fuerza y coraje.

Si los enemigos nos persiguen, los Maestros nos protegen.

Vuestro hermano Chico, entre vosotros.

Formo parte de la Caravana de los Trabajadores Siervos de Jesús.

Sin trabajo no hay transformación; sin lucha no hay victoria.

Que Jesús nos bendiga, mis hermanas!