Amados discípulos, ¡paz y bondad en vuestros corazones!

¡No sois graduados de regiones inferiores!

Vuestros espíritus están conectados a los rangos vibratorios donde la dinámica de la mente ejercita los impulsos evolutivos del alma. Recibiste orientación y entrenamiento antes de sumergirte en la indumentaria física, que provoca el olvido del alma.

Tuvisteis clases con Instructores elevados, preparándoos para el futuro de las peleas que ahora enfrentáis. Reviviis, en el plano espiritual, liberados de la materia, las clases y ejercicios aprendidos en las escuelas iniciáticas del pasado, preparándoos para el trabajo que desempeñáis en el Centro Espírita.

No es por acoso que estáis reunidos, formando un conjunto de trabajadores ligados por ideales superiores, que trabajan en beneficio de la humanidad y del planeta.

Por pequeñas que sean las tareas que realicéis, representan un impulso evolutivo para vuestras almas y un alivio para el planeta y su humanidad que sufre.

A medida que el tiempo avanza, mayores son los disturbios y el caos en las relaciones humanas. Pocos son los que han despertados sus consciencias sobre la transitoriedad de la vida material y desean liberar sus espíritus de las ruedas encarnatorias del sufrimiento. Luchan en su día a día, en el ajetreo de la vida, para pulir su alma a través de sacrificios y renuncias, del perdón y de la caridad, del servicio caritativo, anónimo y desinteresado, para merecer salir de la encarnación con un espíritu ligero, libre de males acumulados a lo largo de muchas vidas y en condiciones de habitar la Tierra Renovada.

Este es el último momento para dar el impulso de renovación para el espíritu milenario, alcanzar dimensiones de paz y armonía.

Los sufrimientos, las luchas terrenas, las pruebas diarias, las tareas cumplidas en el trabajo espiritual son las benditas herramientas y las oportunidades para alcanzar Luz en el alma.

Ninguna criatura en la Tierra cargará una cruz más pesada de la que sus fuerzas puedan soportar; y ningún hijo de Dios se encuentra desamparado.

De los planos edénicos, seres diáfanos de Luz se acercan a la humanidad terrena, tomados con compasión y amor por los hermanos que se encuentran en las franjas transicionales de la evolución, para aligerar sus cargas, reducir sus sufrimientos, sanar sus heridas e impulsar a todos al progreso. Son Ángeles Tutelares de la humanidad, que no se alejan en esta hora de prueba colectiva, procurando despertar consciencias, estimular a las que ya están despiertas y dirigir al mayor número de espíritus al redil del amor del Padre.

Atendiendo al llamado del Divino Maestro Jesús, las Huestes Divinas trabajan en la Tierra para reducir vuestra carga e impulsaros a la evolución. Que cada uno cumpla su mandato encarnatorio, en la certeza de que manos luminosas siempre estarán amparándoos; amigos espirituales de otras vidas, hermanos más evolucionados, caminan con vosotros en el camino que elegisteis recorrer, para liberaros de las ruedas del sufrimiento.

Se aproxima más y más, a la humanidad terrena, mayores y amargas pruebas colectivas, cuando la fe y la confianza en los designios de Dios serán probados por cada criatura sometida al crisol kármico de las programaciones encarnatorias.

Que seáis vosotros, Siervos de Jesús, de los que extienden la mano a los que sufren, que ayudan a la multitud desorientada a no caer en la desesperación y en la locura.

Que seáis de aquellos que socorren a los desamparados que os llegan.

Debéis resistir el mal y practicar el bien, que es el antídoto para que el alma no sucumba en caídas desastrosas para el espíritu milenario.

Que Jesús os bendiga.

Seguimos juntos, caminando por la Tierra de expiación y pruebas que expira despacio en esta dimensión y renacerá, renovada con luz y fuerza, para dar inicio a un nuevo ciclo planetario de evolución.

¡Salve, Jesús!

Ramatis, contigo.

 

Maestro Ramatis

GESH – 09/06/2023 – Vitoria, ES – Brasil

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