Fui víctima de una bala perdida.
Me llamo Joana, soy de Río de Janeiro y no sé hace cuanto tiempo pasé a este lado del velo. Tardé mucho tiempo en recuperarme, y después, en aceptar mi muerte. Aún era joven, y en mi cabeza no había ningún pensamiento que no fuera el de aprovechar la vida, disfrutar, pasarlo bien.
Todo podría haber sido diferente si hubiese dominado ese ansia dentro de mí, si hubiese estado más atenta y obediente a los consejos de mi madre.
Por eso estoy aquí, hablando para los jóvenes. De qué sirve correr tanto para aprovecharlo todo, si de repente, en medio de un baile, una bala perdida alcanza nuestro corazón y mata toda la sed de vivir?
Mejor sería disfrutar poco a poco y con prudencia, las alegrías verdaderas, y no las pasajeras: bellezas sólo aparentes pero que no perduran.
La vida física es un regalo que la mayoría de nosotros no sabe cuánto vale, a no ser cuando ya la hemos perdido; pero no debe ser así.
En breve, me esclarecerán los acontecimientos que pusieron fin a mi vida; pero, ya me han enseñado que, antes de que eso suceda, debo trabajar, enseñando lo que yo misma no aprendí en vida. Sólo así mereceré lo que hasta hoy apenas supe despreciar.
Me despido agradecida por haber podido hablar.
Joana
GESJ - 22/05/2007 - Reunión Pública - Vitória, ES - Brasil
Obs: Víctima anónima de una bala "no perdida", pues sabemos que no hay injusticias divinas