Hermanos amados,
Basta que la contrariedad se cruce en vuestro camino para que busquéis al amigo o familiar, dispuesto a escuchar el desahogo y llanto de vuestra alma afligida o entristecida.
Cuanto más grave es la injuria sufrida o el desacuerdo enfrentado, más violento el desahogo, llegando a manifestarse para aquellos en quienes os apoyáis como verdaderos actos de venganza.
Ahora, pensad: y si en el transcurso de esas contrariedades os asalta la muerte, devolviéndoos a la vida espiritual donde cada cual se sitúa en el plano que le es afín: al no encontrar el hombro amigo que reciba vuestros lamentos, os sentiréis enormemente afligidos, tanto cuanto más sintáis la ofensa.
Pues bien, la mediunidad es el recurso utilizado por lo Alto para auxiliar espíritus deudores mediante la lección de servir y amar al prójimo.
A través de la mediunidad os hacéis amigos de espíritus infelices, dándoles la oportunidad para que se reajusten energéticamente, por medio del desahogo que les permitirá seguir con su vida, más confiados, esclarecidos y amparados.
Bendito el Maestro Nazareno que al instruirnos pacientemente, mediante palabras sencillas, encerró en una frase el sentido de la caridad más elevada:
"Amad al prójimo como a uno mismo."
Joana de Ângelis
GESJ - 08/05/07 - Reunión Pública - Vitória, ES - Brasil