Viage astral: Salgo del cuerpo acompañada de un Instructor y entro en una pequeña nave redonda. Sobrevolamos el mar. El agua está muy agitada, oscura y llueve con fuerza. Vientos y rayos cortan el cielo.
La nave se sumerge velozmente en aquellas aguas y bajamos rápidamente. La luminosidad es débil y casi no pude ver por donde pasábamos, si bien, una cierta turbulencia podía ser percibida.
Cuando llegamos a un determinado punto el agua se calmó y la nave se estabilizó; empezamos a descender a una velocidad menor. El Instructor que me acompaña es Orcadim, (un intraterreno de la ciudad de Okay situada en la Chapada Diamantina). Pasamos por regiones de relieve ondulado en el fondo del mar. La nave descendía contorneando los obstáculos.
Llegamos a un abismo submarino. Un enorme paredón delante nuestro descendía hasta perderse de vista. Orcadim posiciona la nave de tal modo que descendemos paralelamente con el paredón. Después de estar descendiendo un cierto tiempo, la nave para. Orcadim acciona un dispositivo que irradia una luz azul alrededor de la nave y entonces pude ver que había peces extraños, tal vez típicos de las regiones abismales. Me muestra, a lo lejos, una brecha en la roca. Enciende otro dispositivo de la nave y un rayo parecido a un láser es lanzado en dirección a la brecha, derritiendo la roca alrededor y soldando la abertura.
Mientras se cerraba la brecha me orientaron a observar un monitor de vídeo en el que vi como salían espíritus deformados, procedentes de los abismos profundos; entonces comprendí que algunos de los peces exóticos que observaba eran, en realidad, seres humanos deformados, transformados en fieras marinas.
Concluida la tarea, la nave vuelve a la superficie. El mar todavía está revuelto y el tiempo cerrado; entonces regresé al cuerpo físico.
Nota:
Leed nuestra Divulgación Nº24, que habla sobre los cuerpos deformados.
GESH - 27/10/2007 - Vitória, ES - Brasil