El más puro Amor nace del Corazón de Jesús y es enviado a la Tierra.

Manantial de Luz y Paz que es poco aprovechado por esta humanidad reincidente en los errores, vicios y sentimientos primitivos, que hace mucho ya deberían haber abandonado.

Sedientas de bienes materiales, las criaturas se pierden en las encrucijadas de la vida, sin un rumbo que las guíe hacia la línea del progreso evolutivo. La mayoría estaciona en franjas de baja vibración que no permiten avanzar a zonas superiores.

No perciben el mundo ilusorio que esclaviza los sentidos primarios y animaliza el espíritu. Superficialmente, se ligan a la Divinidad, creyendo que las ofrendas materiales les proporcionarán la conquista del "cielo ficticio", creado justamente para mantenerles alejados de la realidad y de la línea conductora del progreso espiritual.

Jamás le es negado al Hijo de Dios las oportunidades que proporcionan la evolución.

En estos momentos, la Tierra recibe entre su humanidad, millares de espíritus consumidos por los desvíos de conducta del alma: odios, vicios, lujuria, deseos de venganza. Espíritus que estuvieron prisioneros en zonas de expurgación, en abismos insondables y que en esta hora final habrán de reencarnar, ya sea para despertarles la conciencia de sí mismos, o para ablandar la cáustica toxina adherida a sus espíritus. No importa el motivo, pero dentro de la programación establecida por lo Alto para esta humanidad, a llegado la hora de la oportunidad reencarnatoria de esta desvirtuada categoría de espíritus.

Aquellos que les precedieron en la materia deberían encontrarse espiritualmente fortalecidos en la fe y en el amor, enriquecidos con la sólida condición espiritual que les condicionaría a recibir a los espíritus atrasados en su seno para ayudarles, pues están comprometidos con esos hermanos.

Infelizmente, la hora de saldar las deudas ha llegado y la humanidad no está preparada, recibe la carga inferior y se contamina drásticamente con su veneno.

Explotan las guerras con mayor intensidad destructora, actos de vandalismo y violencia detonan en todo el planeta, en todas las naciones. Asesinatos fríos, crueles, se multiplican, los niños se ven ofendidos en su pureza y no se respeta la fragilidad de los ancianos.

Dónde está el poder de los gobiernos para contener la violencia?

¿Y las religiones que apaciguan los corazones?

Todos son seres humanos fallidos espiritualmente, candidatos a consumirse en contiendas banales, para defender los vicios y desvíos del alma, muchas veces inconfesables.

No se puede detener el descenso de estos hermanos a la materia, pues son hijos de Dios como cualquier otro, y necesitan la bendita oportunidad de reencarnar, como última opción de reformarse, como espíritu inmortal, en este planeta.

Acuden a la Tierra millares de Seres Superiores, muchos son de otros Sistemas del Universo, para proporcionar un mínimo equilibrio a la Transición Planetaria que está sucediendo, y para sustentar a los pequeños núcleos constituidos de Hombres de Bien.

"Los Tiempos Finales" han llegado y esta humanidad no se ha dado cuenta, hipnotizada como está por "el silbido de la Bestia", no está preparada para enfrentarse a sí misma.

La paja y el trigo se dan a conocer, naturalmente.

Jesús a todos nos guía, en la Tierra y en el Cielo.

Pérecles

La fuerza del amor rompe barreras.

Solamente a través del amor alcanzaréis la Nueva Era.

Amad a todos indistintamente, como el Padre nos ama.

Pérecles

GESH - 21/09/2007 - Vitória, ES - Brasil

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