¡Encarnación, bendita oportunidad!
De lucha en lucha, las astillas espirituales van siendo pulidas y el aspecto grosero de los espíritus primitivos va adquiriendo un brillo propio.
No le basta al discípulo aprender las lecciones del Maestro y propagar a los cuatro vientos las normas de conducta regeneradoras.
Antes de la propagación, es preciso regenerar la propia vida, dejándose guiar por las verdades eternas de amor y bondad que sostienen el plano energético del planeta.
Duras pruebas, acompañadas de un séquito de dolor y martirio personal o colectivo, tienen el poder de transformar realidades adversas. Por eso, hermanos, bendecid la puerta abierta de la reencarnación, pues tras ella tenéis el libre acceso a las experiencias necesarias para el aprendizaje que conduce al progreso.
Así es como el Señor de los Mundos gobierna nuestras vidas, con amor, bondad, misericordia y compasión.
Salve la fuerza del amor!
Joana de Ângelis
GESH - 13/10/2007 - Vigilia Barra do Jucu - Vila Velha, ES - Brasil