Veo el espíritu del Sr. ... , viene andando con dificultad, apoyado en una especie de andador.

Dice:

Hijos míos,

Es difícil morir. Nadie quiere dejar el cuerpo físico, por muy dañado que esté, por mucho conocimiento que se tenga, no queremos morir, principalmente cuando no se tiene demasiado conocimiento y la fe no es demasiado grande.

Incluso en esas condiciones de no aceptar la muerte, si uno se somete humildemente a la Fuerza Mayor, a los designios de Dios, se ve amparado por muchos amigos que puede que no recuerdes haberles conocido. Amigos de esta vida y también de otras vidas.

Es cierto que la enfermedad afecta profundamente el alma y la vuelve lenta y sufrida cuando se libera del cuerpo deficiente. Sin embargo, cuando tomamos conciencia de la intensa belleza de la vida física y espiritual, cuando se nos recibe de este lado tan efusivamente, nos olvidamos de que teníamos miedo de morir, pues seguimos viviendo plenamente, aún más intensamente que cuando estábamos "vivos".

Hijos míos, aún estoy recuperándome de las dolencias físicas, psíquicas y morales, pero estoy en mejores condiciones que la mayoría de los hermanos que llegan aquí, pues a pesar de que mi fe aún es vacilante, es suficiente para mantenerme despierto y deseoso por progresar.

Os doy las gracias por cultivar la memoria de nuestra presencia.

Hijos míos, cultivad la oración.

Buscad la renovación.

Perdonad siempre.

Abrazos para todos, os amamos.

Jesús está con nosotros.

Vuestro padre, amigo, suegro, marido, hermano de todos.

GESJ - 20/02/2008 - Vitória, ES - Brasil