Muchos hermanos, ante la inmensidad del trabajo espiritual, se asustan porque les cuesta creer que siendo tan pequeños, puedan hacer la diferencia entre el bien y el mal sobre la Tierra.

A esos les pedimos que observen la naturaleza y perciban los pequeñas que son las gotas de agua de lluvia, y que juntas mojan el suelo y llevan la fuerza transformadora de la vida. O que noten como el sol, derritiendo glaciares, lentamente aumenta el volumen del mar, que avanza sobre el continente. O incluso, que recuerden como su propio cuerpo humano, formado por pequeñas células invisibles que sostienen el metabolismo creador de la sinergia vital.

Hermanos, de hecho sois pequeños, pero que vuestras imperfecciones no sean la disculpa para la inercia de vuestra alma.

Sobreponeos a ellas, la humildad del servicio que nada espera y todo lo da, es como la fuerza de la naturaleza, luchemos juntos a favor del bien en la Tierra.

Vuestro amigo,

Emmanuel

GESJ - 12/02/2008 - Reunión Pública - Vitória, ES - Brasil