Que la dulce Luz de María y que la Paz del Maestro Amado envuelvan a todos Sus hijos que peregrinan por los caminos evolutivos de las pruebas y expiaciones.

Hermanos de humanidad, quisiéramos nosotros, en los valles de las sombras, donde acogemos y consolamos a los desertores de la vida, envolver en nuestros brazos a todos los que lloran, sufren y son lanzados a las amarguras de las pruebas terrenas.

No obstante, como buen educador que es nuestro Creador, y obedientes como somos a Sus Designios, tenemos que ver sin intervenir, aconsejar sin influenciar, corregir sin anular la voluntad de los que transitan inconscientes de la gran masa de seres animalizados, que desde el astral inferior suben y compiten por su espacio en el mundo físico, porque el libre albedrío es una conquista evolutiva.

El cáliz amargo de las pruebas pretéritas se recrudece en intensidad en los días que se aproximan al desenlace final de la Transición Planetaria. No obstante, sabed que si lloráis, no lo hacéis solos; que si caéis, no os levantaréis solos; que si os fallan las fuerzas, otras fuerzas superiores extienden sus manos para ampararos en vuestro caminar.

Con todo, las llagas son vuestras. El golpe certero que hoy es cobrado en forma de dolor, decepción, abandono y soledad, fue indebidamente urdido por vuestra mente que hoy está atormentada, buscando acogida en el Evangelio antaño despreciado.

Sabed, hijos amados del Padre, que cuando sufrís, vuestra alma se va limpiando, y en ese momento, conforme al proceder en la "desdicha amiga", un nudo más queda desatado en vuestra ficha kármica. Cuando una enfermedad os abate en la carne y os atormenta en dolor, una llaga es curada en vuestro cuerpo astral, o se ve disminuida la deuda con el infeliz que impiedosamente sufrió por vuestras acciones pasadas.

Si la consciencia, en el silencio de la mente, os dice que el camino que seguís es el correcto, en unión con las Enseñanzas Divinas, consolaos, porque el tiempo se encarga de conducir a aquel que procura vengarse, hacia la necesaria reflexión, porque existe un tiempo para actúe el mal, pues no viene de la mente del Creador; pero el bien, este es infinito, pues el universo es la morada del amor.

Firmes, hijos de Dios, pues la prueba final llegará y os llamará a todos en vuestras flaquezas, y que esta os encuentre fortalecidos.

Que la Luz del Eterno todo lo envuelva.