Son muchas las Moradas de la Casa del Padre y el espíritu, a media que evoluciona, va alcanzando las Moradas Superiores, más sutiles y elevadas.
Una vez descargadas las pesadas emanaciones animales en los mundos expiatorios, el espíritu avanza a una nueva condición superior de evolución.
Para la ascensión del alma, la criatura debe expurgar sus faltas en los ríos caudalosos y turbulentos del sufrimiento, el sacrificio y la renuncia; debe amar al prójimo más que a uno mismo, y perdonar siempre.
Aquel que al final de la jornada terrena haya atendido los patrones del Evangelio de Jesús, tendrá la certeza de que ha alcanzado la ascensión espiritual.
El sufrimiento es la moneda de la evolución.
La rebeldía a las Leyes de Dios genera sufrimiento, y el dolor enfrentado con resignación y fe genera liberación.
Jesús sufrió sin merecerlo, de forma voluntaria y abnegada, alcanzando así un mayor grado evolutivo.
Jesús está con nosotros hoy y siempre.
Su Luz vibrante de amor, sostiene, ampara y guía a los sufridores hacia el camino de las muchas Moradas Superiores de la Casa del Padre.
Salve Jesús.
Maestro Maytreia
GESH - 14/11/2014 - Vitória, ES - Brasil