Hermanos amados
En el éter cósmico, vuestros pasos quedan grabados. Cada pensamiento que emitís, de conformidad con la Lay o diferente a esta, cada palabra emitida cargada de intenciones, muchas veces desconocidas incluso para vosotros mismos; cada actitud ante los desafíos que la vida os presenta en vuestra trayectoria, todo eso permanece registrado, como el rastro de la babosa que no puede negar el camino recorrido.El dolor provocado regresará como nuevos dolores que dañarán vuestro espíritu, que una vez despierto los sentirán más intensamente. Vergüenza, miedo, dudas y desánimo afectan a todos los que se enfrentan a sus propios terremotos internos, viendo cómo se desmorona el edificio egoísta erigido con tanto esmero y dedicación de milenios.
Con todo, recordad la Ley de Destrucción, que indica que es necesario deshacerse del viejo hombre para favorecer la renovación del alma que animará al nuevo ser. Al ver cómo se desmoronan las construcciones interiores a las que os acostumbrasteis y os apegasteis como la imagen de quiénes sois, recordad esa Ley de Dios que es aplicada sobre vosotros, elevad a lo Más Alto vuestras oraciones de gratitud y esperad, confiados, a que brote la vida plena de amor que está reservada para vosotros. Regad el nuevo brote que germina de la semilla, rompiendo la dura cáscara, con el agua pura del Evangelio de Jesús, para que crezca y florezca, perfumando el camino, y sus frutos, alimentando a los hambrientos.
Aceptad con humildad y resignación la dualidad vibratoria de lo viejo que se va y de lo nuevo que llega para instalarse definitivamente en vuestra morada interior.Rigiendo la sinfonía de la evolución espiritual, Jesús corrige los acordes, eleva los timbres y ajusta los compases, para que vuestros espíritus vibren en la frecuencia de la Música del Amor Universal.
Paz entre nosotros.Ramatis
GESH - 13/02/2015 - Vitória, ES - Brasil
Videncia
- Vi que estábamos caminando por un campo minado. Vi un cuerpo de espaldas, que se iba deshaciendo salían pedazos secos como barro que caían, y por debajo salía un nuevo cuerpo que brillaba