Salve Jesús, el Maestro de la Paz y de la Luz!

Hermanas, aquellos que eligen el camino del progreso espiritual, consciencias despiertas y mentes sintonizadas con las Esferas Superiores, reciben por parte de aquellos que ya han avanzado en la jornada, todo el amparo y el sustento.

Vuestro camino está minado, así como el de todos aquellos que desean progresar, abandonar viejos hábitos. Muchas de esas minas fueron armadas a partir de elementos fornecidos por vosotros mismos, durante vuestra trayectoria de errores y desengaños.

Sin embargo, una a una todas serán desarmadas, conforme prevé la Asistencia Superior dedicada al Trabajador de la Luz. La laboriosa Asistencia necesita apenas que permanezcáis determinados al servir y amar al prójimo, haciendo aquello que os gustaría que os hicieran a vosotros, al hermano que camina con vosotros, cosechando los infortunios de la vida.

Mirar al prójimo como vuestro hermano valiente es el desafío permanente al que debéis enfrentaros, convencidos de que, ante el Creador, todos vosotros sois hijos amados, independientemente de los erros que hayáis cometido. Ante los ojos del Padre la diferencia es vuestro deseo de progreso, que conserváis vivo y transformáis en acciones en su dirección.

Serenad vuestra mente y recibid lo que la vida os presenta, confiando en que estamos con vosotros en la travesía del campo minado que se descortina ante vosotros.

Con el corazón vibrando en lo Alto, la mente despierta y las manos operativas, dentro de poco os encontraréis libres de los asedios negativos.

Que la paz y la bondad de Cristo gobiernen vuestras almas, haciéndoos progresar más allá de donde ya conseguisteis llegar.

Me despido, deseando que la paz y la bondad del Padre nos envuelva a todos.