La paz no es un sueño imposible, pero exige sacrificios y renuncias que la mayoría de los hombres no está dispuesto a ofrecer.

Todos quieren disfrutar de un mundo de paz, pero pocos quieren ayudar a construirlo, abdicando de la violencia que hay en su interior. Mientras sigáis así, viviréis entre los conflictos del mundo y no seréis capaces de disfrutar de la paz de los Planos Superiores.

Tenéis La India como ejemplo. Tanto esfuerzo y trabajo para educar al pueblo en los preceptos de la paz universal, y sin embargo, cómo se encuentra hoy? Libres de Inglaterra y prisioneros de la intolerancia.

La verdadera libertad no nos aprisiona a nada más. Solo es libre aquel que aprende a convivir en paz, que despierta su consciencia, entendiendo que somos todos hermanos, hijos de un solo Dios, a quien debemos reverencia, humildad y obediencia, pues son Sus Leyes las que gobiernan los mundos. La lección es simple, pero de difícil aprendizaje para los hombres.

Resulta de ahí el dolor que asola a la humanidad. Viviréis en dolor mientras no aprendáis la simple lección de hacer al prójimo solo aquello que os gustaría que os hiciesen.

La paz no es un sueño imposible, pero es preciso sacrificio y renuncia para construirla.

Que a paz esté entre nosotros.