Salve Jesús! Salve la Paz! Salve la Luz!
Hermanos, es habitualmente cotidiano escuchar que el cuerpo humano es una máquina perfecta. Con todo, los hombres se olvidan que perfecto es el espíritu creado por Dios, que anima la materia.
Los imprudentes encarnados creen que sus cuerpos son inexpugnables, inmaculados, entonces abusan de las condiciones de la máquina, lanzándose a los vicios y al descontrol.
Cuando se elaboran las programaciones de reencarnación, se estudian los karmas que los espíritus tienen que enfrentar al entrar en los Mundos de Expiación, o en otros mundos inferiores, y en esos esquemas reencarnatorios se contabilizan las vicisitudes y las imprudencias que desembocarán en dolencias, síntomas físicos complejos que los estudiosos del cuerpo humano se empeñan en obviar.
El cuerpo carnal, a pesar del vigor que le es atribuido, su desempeño y tiempo de duración están limitados por el karma adquirido en vidas anteriores y por el aprendizaje a ser adquirido en su actual encarnación.
La ciencia humana busca soluciones a las enfermedades, pero aunque estas parezcan ser las mismas, los científicos ignoran que sus orígenes son diferentes. Como ejemplo: el alcohólico, el fumador y el glotón, todos son propicios a tener dolencias gástricas, a pesar de que el origen de sus males sean diferentes. Esto lleva a la ciencia - que solo observa el lado material - a conclusiones erróneas respecto a la enfermedad, tratando a todos como si tuviesen el mismo problema.
De manera análoga, tanto el alcohólico como el glotón y el fumador, son propicios a que su dolencia sea reconducida hacia otros órganos que hayan sido dañados en vidas anteriores - como pulmones, hígado, riñones, páncreas - haciendo que el tratamiento recibido por parte de la ciencia sea inocuo, sin que los médicos e investigadores entiendan la razón, pues el mal manifestado inicialmente en el estómago o el duodeno puede migrar, sin razón aparente, hacia cualquiera de los órganos citados.
Así es la vida, todo conforme al karma, al merecimiento y al aprendizaje de cada uno.
Por lo tanto, la materia no es el altar del espíritu, sino el elemento fundamental para minimizar dolores futuros, al entender que el cuerpo, a través de la manifestación de las enfermedades causadas por los excesos cometidos, es el medio más perfecto para limpiar la túnica nupcial.
Recomendamos controlar el uso de las funciones corporales, para que en el futuro vuestra materia sea el reflejo de vuestro brillo espiritual, luminosa y en armonía.
Paz a todos.
Dr. Cruz
GESJ - 07/07/2015 - Reunión Pública - Vitória, ES - Brasil