Hermanos, cuando reencarnasteis pusisteis grandes expectativas respecto a las experiencias que viviríais en la materia. Entre sueños y esperanzas sembrasteis, junto al núcleo familiar pretendido, las promesas de realizaciones minuciosamente estudiadas y planificadas con los Señores del Karma y sus Equipos de Asistencia Reencarnatoria.

No obstante, sumergidos en la materia, muchos de vosotros os desconectasteis de los recuerdos del pasado, enderezando por caminos que no siempre fueron beneficiosos para realizar los compromisos de otrora.

Vuestros pasos confusos buscan los caminos por donde vuestras consciencias claman que sigáis. Atendedlas, pues es la moral interior la que os coloca ante el Gran Plan de redención de la humanidad. Con sacrificio y esfuerzo personales Superiores, confiados en la cosecha futura, pues aún sumergidos en el mar de iniquidades, ninguna acción en el Bien pasará desapercibida por el Padre y todos los pensamientos, palabras y acciones que emitáis a favor del Bien serán contabilizadas para vosotros, en el transcurso de vuestra corrección y redención.

Para los hombres podréis ser considerados como débiles y bobos; para Dios, seréis acogidos como hijos fieles, dignos de todo amparo y orientación, para el total aprovechamiento de vuestras experiencias carnales.

Sed como el sembrador y llevad las Semillas del Bien adonde la Voluntad de Dios os conduzca. Como dóciles instrumentos del Amor de Dios, dejaos guiar por Su Caridad Infinita, pues hay muchos que al convivir con vuestro testimonio de amor, podrán renovarse, apresurándose en su transformación inmediata e intransferible que cabe a cada criatura.

Paz en Jesús