Hermanos, la paz de la Luz!

Amar es una lección que se extiende por toda la eternidad!

En todo momento se nos invita a aprender a amar. El amor es el sentimiento más noble que aproxima al hombre de la Luz Sublime que guía al universo.

La Centella Divina se crea en un acto de amor. Por lo tanto, observar a los hermanos menores en los reinos de la creación con un sentimiento fraterno es lo que diferencia al ser cristianizado de aquel que aún lucha por la supervivencia del cuerpo.

Observar a nuestros hermanos menores, los animales, con un sentimiento de amor sin barreras, muestra que el hombre es capaz de transformarse y amar incondicionalmente.

Observar las especies, sin importar su categoría, es mirarse a uno mismo y cuánto se ha evolucionado, descortinándose ante uno todo lo que se tuvo que realizar para subir los peldaños de la transformación, todo lo que se ha llorado, las caídas, lo que se ha sangrado y suplicado para alcanzar el lugar donde hoy se está. El hombre entonces entiende cuánto ha luchado para evolucionar.

El ciclo evolutivo es infinito. Al entender que el animal de hoy será el hombre de mañana, se crea la necesidad de respeto y convivencia armónica entre los seres de la creación, siendo el hombre responsable por el bien y por el mal que imponga a las pequeñas criaturas de Dios.

Entonces, ahí se percibe que es necesario amar sin barreras, independientemente de quien sea, pues todo lo que hay en el cosmos es el Amor Divino que guía.