Hermanos, paz y Luz!

A partir del momento en el que la centella es creada, su trayectoria de vida comienza a ser registrada en las diferentes moradas que recorre. Ella va generando un legado de aciertos y errores, amores y odios, que poco a poco van construyendo su personalidad, moldeando su carácter.

No obstante, es necesario que adquiera ese aprendizaje para que sepa resistir a las fuerzas del mal y comprenda el valor del perdón.

La criatura recorre los mundos aprendiendo que el karma, al mismo tiempo que crea situaciones dolorosas, causa desajustes emocionales forjados por el espíritu. También atrae afinidades, levantando odios que perduran durante milenios, hasta que son transmutados en amores que atravesarán la eternidad.

Es necesario que vivamos esos cortejos de emociones y situaciones. Porque, cómo vamos a aprender a amar sin antes sentir en la piel el dolor del odio?

Cómo saber perdonar sin antes haber vivido el tormento del remordimiento?

Cómo apreciar el valor de un cuerpo sano antes de sentir en las entrañas la enfermedad consumiendo su vitalidad?

Cómo valorar un día de sol sin antes haber pasado por el valle de las sombras?

Son varias las enseñanzas que la valiosa Pedagogía Divina, a través de Sus Leyes, utiliza para que los tormentos del alma no abatan más a los hijos de la creación.

Viven las criaturas matriculadas en las escuelas de los Mundos Expiatorios, creando y eliminando karmas. Y a cada momento, Emisarios de Luz son enviados por la Misericordia Divina, alertando sobre las trampas del recorrido, con la intención de que las acciones positivas se vuelvan preponderantes.

El tiempo, hermanos, no es el factor más importante en lo concerniente a eliminar las deudas y culpas pretéritas, porque estas, un día serán eliminadas. Lo que es imprescindible es absorber en el alma el sentimiento cristiano y fraterno, enseñado por Jesús y aplicarlo en todos los momentos da vida.

Por lo tanto hermanos, amar y perdonar, odiar y repudiar, son las acciones que al practicarlas os situará en la categoría de los mundos que merezcáis habitar y todo lo aprendido a lo largo de las existencias.