Hermanas, en la humildad y en el trabajo con Jesús enfrenté las dificultades que hirieron mi alma.

Todas las trampas promovidas por las falanges negras, enfrentadlas con el amor que el Divino Maestro nos enseñó.

Su Presencia Amiga siempre vino en mi auxilio, pues jamás deseé herir a aquellos que me hirieron.

Debemos usar siempre palabras de bondad, amor, caridad y fraternidad con el hermano desequilibrado que surge en nuestro camino.

Debemos ser obedientes con las normas que disciplinan la vida en sociedad y en la Casa Espírita, desempeñando, sin quejas, las tareas que nos incumben en el trabajo con Jesús, que la Misericordia Divina nos ofrece.

Amemos y perdonemos siempre a aquellos que nos hieren.

El trabajo en la Siembra Bendita atrae a las fieras de las Tinieblas que durante mucho tiempo no ven nada más allá de la oscuridad; y cuando chispas de luz alcanzan su alma, se sienten heridos y atacados en aquellos que creen ser la razón de su existencia, pues no ven nada más que sus verdugos y solo tienen el sentimiento de venganza contra aquellos que lo hirieron.

Y son esos hermanos de ignorancia, que son manipulados por los altos comandos de la "Oscuridad y las Tinieblas", con la intención de herir a aquellos que desean progresar en la Siembra Divina, laborando, sirviendo y amando.

Soy vuestro hermano Chico y os digo, hermanas, con conocimiento de causa, que el perdón de las ofensas es el camino de la liberación de los Mundos de Expiación y Pruebas. Son muchas dificultades enfrentadas en el plano físico, pero siempre debemos tener en mente la Divina imagen de Jesús, Él, nuestro Maestro, nuestro Guía, Estrella Mayor que guía nuestra existencia.

Amar, perdonar y servir.

Salve Jesús! Salve el amor! Salve la paz.