Desde el planeta Patrulla observamos la Tierra y vemos que sus heridas se multiplican y, al igual que en las trincheras a cielo abierto, corre la suciedad mental, lanzada por los seres humanos - encarnados o no. Estos detritos pestilentes se acumulan en torno a la humanidad, exhalando un olor nauseabundo, permitiendo la proliferación de virus, ultravirus, bacterias y toda especie de microorganismos proliferadores de dolencias.
Del astral inferior y las regiones abismales, suben más detritos para la superficie - como el pus de las heridas - que se derraman por las calles y callejones, provocando más desequilibrios psíquicos y dolencias físicas.
Hermanos, no juzguéis que la luz de los seres superiores no incide sobre vosotros; lo contrario, de forma intensa e ininterrumpida, una luz sanadora es direccionada para la humanidad. Los lugares más críticos, donde los sentimientos y las pasiones tornasen en densidad muy elevada, al punto de traer daños irreversibles a la vida en la materia, esos lugares reciben chorros de luz purificadores y sanadores, reduciendo la carga tóxica que envuelve a la humanidad de vapores letales.
Los hermanos Extraterrestres e Intraterrenos circulan en la psicoesfera terrena, mapeando los locales de mayor concentración de energía deletérea, para trabajar con recursos de alto poder curativo y sanador, de ondas magnéticas purificadoras.
El Padre Creador de todas las cosas, el Arquitecto de los Universos, actúa en todos los estados de desenvolvimiento de la vida, conduciendo la Orquesta de la Evolución.
El Apocalipsis avanza y la humanidad se enfrenta al caos que creó, a pesar de los avisos enviados por las Huestes de la Luz que la conducen.
No hay nada que temer. Debéis servir a Dios, confiando en Sus Designios y seguir trabajando en nombre de Jesús pues aquel que cumple con las leyes Mayores desenvolverá los recursos internos necesarios para alcanzar la victoria del espíritu.
Amaros los unos a otros como el Padre nos ama.
Ámense los unos a los otros como Jesús os enseñó.
El amor os libertará.
El Comandante continúa:
Las naves espaciales extraterrestres sobrevuelan las colectividades humanas, auxiliando a tantos cuantos merecen ayuda, saneando el ambiente planetario para que alcancéis el término del juicio final.
La pesada carga deletérea que emanáis, en caso de no ser saneada y sometida bajo un estricto control de las Fuerzas Superiores, ya habrían provocado el fin prematuro de esta humanidad.
Estamos presentes y actuamos en nombre de Dios.
Creer o no en nuestra presencia no cambia nuestro propósito de servir a Dios, amando a sus hijos en el cumplimiento de Sus Designios.
Jesús os bendiga.
Comandante Yury
GESH - 16/05/2015 - Vitória, ES - Brasil