¡Hermanas y amigas, la paz de nuestro Señor Jesucristo sea con nosotros!
Por mucho tiempo, permanecí oculto de mí mismo, entregado al remordimiento por una acción indigna contra Aquel que representa el Amor.
Por mucho tiempo, el propio Maestro Jesús y Sus Emisarios trabajaron por mí despertar, en las regiones sombrías a las que me lancé, con el gesto impensado del suicidio.
Sufrí por no haber conseguido entender que sólo el amor libera a la criatura del atraso espiritual que fui llevado por ello, debido a los actos impensados de rebeldía en las leyes de Dios. No comprendí que el sufrimiento de la humanidad es apenas la consecuencia de sus acciones, es la cosecha de la siembra imprudente.
Desperté el sueño letárgico, sintiéndome inundado de Luz y de amor por aquellos que traicioné. Debía, yo mismo, perdonarme por la misma ignorancia; y así lo hice, para retomar el camino abandonado.
Todavía hoy en día, los mismos hermanos de humanidad me flagelan por el error, que juzgan imperdonable; no importa, porque sus chistes no más me alcanzan, pues me encuentro delante de la Consciencia Divina y trabajo en las Huestes de la Luz, para que también a mis hermanos de humanidad se eleven frente a las Leyes de Dios. Sumergida en tamaña ignorancia, la humanidad está a merced de los Seres Oscuros, y las Fuerzas del Mal.
Si, un día, me entregué en el equívoco de no comprender la verdadera Misión de Jesús, no había odio ni cualquier otro sentimiento inferior en mi corazón; apenas en mi condición de ser humano limitado, imperfecto y todavía repleto de preconceptos, estigmas y dogmas antiguos, que no me permitían caminar y evolucionar como mis compañeros de jornada lo hicieron.
¡Hermanos de humanidad! ¡Atentos en vuestra ceguera espiritual! La materia transitoria exige de cada uno el esfuerzo de auto mejoramiento, porque no hay ninguna Fuerza Superior que pueda transformar aquello que no se desea. Es necesario que la Luz del arrepentimiento brille en el corazón endurecido por la ignorancia, para que pueda ser alzado encima de la oscuridad en que voluntariamente permanece.
¡Atentos a las enseñanzas de Jesús, perdonar a los enemigos, amar al prójimo como a si mismo!
No hay otro camino de salvación que no enseñe Jesús. Él es, nuestro Maestro, nuestro Guía, el Médico de nuestras almas, el único que podrá conduciros a vosotros a las claridades sublimes de la Nueva Tierra que se avecina.
Venid hermanos, luchar en el Ejército de Cristo Jesús, cuyas armas son el perdón, el amor y la fraternidad.
¡Abandonar las trincheras de la revuelta!
Sed humildes, bondadosos, fraternos y auxiliar al hermano de jornada para que juntos alcancéis la regeneración.
Que Dios nos bendiga y que ilumine la humanidad, fortaleciendo a las almas para el porvenir de Luz, tornándose capaces de enfrentarse a las tormentas con coraje, resignación y fe.
¡Salve, Jesús!
Soy aquel que llamáis Judas. Pensar en mí como un Hermano.
¡Salve, Jesús!
Judas Iscariote
GESH -19/03/2016 - Vigilia del refugio Siervas de Jesús - Vila Velha, ES - Brasil