¡Guarde, Jesús!
Hermanas, una vez, al juzgar que mi pueblo sufría demasiadas injusticias, los guie, atravesando el mar, para que encontramos Canaán. Pero no atine que sus espíritus rebeldes todavía necesitaban el sufrimiento amargo para recortar sus aristas que insistían en hacer daño al prójimo. Duramente perseguí el ideal de libertarlo, utilizando todos los medios que la divinidad me ofertaba para esclarecerlo, iluminar sus almas, sin saber que apenas servía de instrumento para que se dieran los primeros pasos en el deseo de progresar, pues ninguno impone a otros cualquier voluntad.
La voluntad de modificarse debe nacer en cada criatura. Y por más que yo estuviera trabajando por aquel pueblo que tanto amo, ellos todavía necesitaban caminar mucho, hasta que alcancé realmente el entendimiento de que el odio aprisiona el alma y el amor libera.
Hoy, mirando hacia atrás, agradezco infinitamente al Padre, por todas las oportunidades en que, bajo Su Comando Mayor, serví de instrumento para liberación de las conciencias aprisionadas en la oscuridad.
El trabajo es arduo, porque las almas todavía permanecen atraídas a la animalidad. Sin embargo, el servicio con Jesús prosigue en febril actividad. En el plano invisible, los servidores de Cristo trabajan y luchan en diversos frentes, para pescar las almas que tienen las condiciones de alcanzar una nueva dimensión. Aquellas mismas que continuaron en los planetas de Expiación y Pruebas se irán para mundos inferiores, nosotros las buscamos en las zonas en que se encuentran, todavía perdidas, con las mentes atrapadas, sin fuerzas para dar, por su cuenta los primeros pasos rumbo a Jesús. Y hacia aquellos que, esclavizados por su propia ignorancia, permiten que otros seres, de alta malignidad los aprisionen en las zonas Abismales atrapar, manteniéndolos prisioneros en la prisión de miedo.
Hermanas, que vuestras espadas permanezcan iluminadas para abatir el mal que insiste en dominar los corazones humanos.
Sigamos con Jesús, pues es Él la Fuerza que nos guía. El que representa el amor del Padre por nosotros.
¡Guarde la fuerza del Amor! Guardar la Fuerza de la Luz!
Quién os habla es Juan Bautista, vuestro hermano.
Con vosotros seguiremos por la liberación de la Tierra.
Juan Bautista
GESH - 28/11/2015 - Vitoria, ES - Brasil