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Los hombres hablan a través de sus actos, y la Tierra los escucha

21/06/2016

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Queridos hermanos.

Que la paz de Jesús os bendiga.

El mundo astral está repleto de rincones y lugares, cuya ocupación se da en masa por los "desocupados seres de las sombras".

Como si eso no bastase, ellos avanzaron sobre nuestro territorio espiritual, dominadores del espacio que aquí llegan en busca del alimento que les faltaba.

De no ser por ese asedio tenebroso sufrido insistentemente a lo largo de los siglos, nuestra Casa sería la linda morada de antaño.

Los seres casi han olvidado el tiempo en el que las energías saludables circulaban libremente alrededor del globo, haciendo que circularan refrescantes vibraciones de luz y vida por todo el planeta, renovando las fuerzas del cuerpo terrestre.

Pero, la actuación de los seres humanos, atrasados, mezquinos y enfermos fue, poco a poco contaminando, impregnando de suciedad y transformando la realidad astral.

Y el cuerpo de la Tierra, que antes respiraba, se quedó sin aire, sofocado por los miasmas humanos. Los chakras planetarios, antes abiertos, se atascaron de sustancias pegajosas, insistentemente producidas y que se adhirieron a los portales de entrada de la Luz.

Se hizo la sombra, y desde entonces ha venido ganando espacio, cubriendo más y más lugares del planeta.

Pocos recuerdan, pocos mantienen viva la memoria del Globo de Luz nacido de la voluntad soberana del Creador de proporcionar a los seres infinitas oportunidades de ajuste y progreso. El planeta fue creado limpio, para que, en permanente renovación astral, los hombres progresaran y abandonaran para siempre la vida espiritual delincuente.

Pero a pesar de todo, embriagados por la ilusión del poder, erraron, cayeron.

El cuerpo de la Tierra sufre, y al mismo tiempo, junto con él sufrirán los seres humanos que deberán higienizarse pues el orbe camina hacia su higienización.

El dolor no sería necesario, sin embargo, reincidentes en el error, los humanos sembraron semillas de arrogancia, prepotencia y orgullo, que se verán obligados a cosechar.

Se consideran Señores de la Tierra y soberanos ante sus fenómenos. Caerán, reconociendo el verdadero significado de su poder temporal y del poder perenne que gobierna los mundos.

Ante todo comprenderán, por la inmensa fuerza del dolor, infringido por ellos mismos, que apenas son moradores temporales de una Casa Planetaria destinada al progreso de muchos.

Cuando ya no les sea posible retroceder en el tiempo, reconocerán su lugar y suplicarán el perdón de sus faltas.

Los Maestros y Amigos espirituales se acercarán a muchos en esos momentos, elevando sus almas más allá de los abismos y sometiendo a sus espíritus al rescate, importantísimo, del tiempo perdido.

Nunca más olvidarán la lección que quedará grabada en el fuego de la adversidad, en sus consciencias permanecerá como llama viva de ese tiempo.

Hermanos, aquellos que descienden con nosotros para realizar el trabajo de limpieza del astral inferior, tienen las credenciales que facultan su participación en el gran plan, y a pesar de ser culpables por errores pasados, con sus acciones actuales muestran su arrepentimiento a la Madre Tierra, y su deseo de reconciliación con sus fuerzas superiores. 

Los hombres hablan a través de sus acciones, y la Tierra los escucha.

Se prevén catástrofes, principalmente en las regiones más densas de la psicoesfera planetaria, donde los grumos de negatividad interrumpen el flujo de energías, que al no poder circular, se acumulan hasta explosionar, provocando en el plano físico un gran movimiento de masas de aire, agua y tierra.

Sabiendo esto, os preguntamos: ¿Cuál es vuestra naturaleza?

¿Es belicosa, engrosando el rol de las adversidades que se esparcen sobre el planeta? ¿O es mansa, cuya serenidad que apacigua las tensas vibraciones del orbe, como el agua fría baja el calor de la ebullición?

Quitaos las máscaras, pues son inútiles en este tiempo. Sois lo que escogisteis ser, por la fuerza de vuestros actos cultivados durante siglos, e incluso miles de años.

Ahora, despertad, y frente al espejo reconoceréis sin subterfugios, vuestras flaquezas y deficiencias. Buscad las fuerzas para cambiar, en las lecciones del Evangelio, y sobre todo, no desistáis, pues ha llegado la hora de la verdad.

Desde el astral inferior suben las fieras desatadas. Se encierran en jaulas impenetrables las crías de la Bestia. Caen prisioneros los perturbadores de la paz, y vosotros mientras tanto ¿Qué hacéis?

Definir el lado en el que queréis estar es el primer paso, que de ningún modo puede ser el único ni el último. Es preciso ponerse manos a la obra y saber para qué vinisteis al mundo en la presente encarnación.

Para muchos, este asunto es incómodo, difícil e indigesto. Todavía, no podemos omitirlo, pues es una orden del Padre que todos tengan la oportunidad de conocer los hechos, para posicionarse ante ellos.

Mientras los indecisos se atrasan en el tiempo que es tan valioso, nosotros, encadenados por las tramas de otrora, nos unimos en torno a las posibilidades de trabajo y seguimos trabajando y sirviendo sin nada osar pedirle al Padre, pero seguros de Su generosa acogida en Su Abrazo Salvador.

Que la Paz del Señor de los Mundos iguale las vibraciones de amor alrededor del orbe.

Quedaos en paz.

Atanagildo

GESH - 09/05/2008 - Vitória, ES - Brasil

Nota: Mensaje extraído del libro "De las Tinieblas a la Luz - Ciudades Infernales".




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