¡Guarde la fuerza del amor!

¡Venid, hermanos, al reino de la luz donde habitamos!

Atravesamos, como vosotros, los planos inferiores y conocemos los dolores; nos enfrentamos a las tinieblas y luchamos con nuestra propia inferioridad.

Calgamos cada grado de la evolución con los mismos sacrificios por los cuales pasáis ahora. No tuvimos, por parte de la Divinidad, ningún favorecimiento para progresar, pues el Padre de todas las cosas, Creador Increado establece Sus Leyes para que nosotros, Sus hijos, podamos subir la Estela de Luz que las centellas recorren en desenvolvimiento de sus mónadas, hasta alcanzar los planos Edenicos, donde la paz y el amor brillan intensamente.

¡No tenemos privilegios! Cada uno de aquellos que hoy se encuentran en dimensiones encima de vosotros en Mundos felices - que existen en cantidad inacabable- recorrió, como vosotros recorréis ahora, el camino de dolores de las múltiples encarnaciones expiatorias.

¡Por lo tanto, hermanos, venid a tener con nosotros! Abandonan el odio, las contiendas, las guerras.

Las lecciones dejadas por el divino y Excelso Gobernador de la Tierra son el retiro seguro. Perdonar las ofensas, amar al prójimo, amar a Dios.

Derrámanse de nuestros corazones el amor que tenemos por vosotros, y que este pueda alcanzaros en esa hora definitiva para vuestras almas inmortales. Luz o Tinieblas: nuevo exilio o alcanzar los planos superiores.

¡Venid, hermanos! La elección es vuestra y nosotros os aguardamos, esperándoos de vuestro despertar.

Guarde la fuerza de la Luz que nos guía.

Yo soy Maitreya a vosotros os saludo en el nombre de Dios.