La centella espiritual, la Mónada, al partir para sus conquistas espirituales, lleva consigo preciosa Energía Divina, haciendo de ella su combustible para mantenerse en los mundos donde deberá evolucionar, a lo largo de su existencia.
Sin embargo, a medida que nace y renace en el ciclo interminable de la vida, va distanciándose poco a poco de la Fuente de Luz que la ha generado. Esto ocurre porque es necesario que sus conquistas sean de sus propios esfuerzos. A lo largo del tiempo, el ser adquiere ilusiones y experiencias para su maduración resultante de un trabajo minucioso y extraordinario de los ingenieros de la vida, que montan programaciones junto a los guías y mentores de la criatura, ponderando lo que sea necesario para su progreso, recuerda a un complejo enigma que se resuelve a lo largo de su trayectoria.
Son riquezas de detalles que componen el perfeccionamiento de la centella. Vivencias de experiencias por los diferentes planos de la existencia, desde el reino mineral al reino hominal. Cuando ya es un hombre, comienza luchando por la vida, construye herramientas, domina a otros animales, se acerca a personas y a esto le da el nombre de familia, de sociedad. Pasa por dramas, en el ámbito personal y colectivo. Son varios los momentos donde se percibe la difícil trayectoria de la evolución de la criatura humana. Momentos en que su camino le aproxima o le aleja de los designios del Padre. Sin embargo, el ser, en medio de sus dolores íntimos, no consigue percibir que el poder de la conquista espiritual siempre estuvo en sus manos, al elegir cuál camino a seguir.
Retornar al Creador es un impulso irresistible del individuo, pues en su conciencia todavía adormecida ya rebosa el deseo de volver al aprisco de la paz y la armonía donde fue creado. Al agravar su historia de vida en el marco de la memoria espiritual, pasa a tener certeza de que todo lo que vivió fue en orden, de avanzar valientemente, rechazando sensaciones fugaces que todavía están latentes, recordando siempre el peligro de volver a los viejos hábitos, de conspirar con ideas de confrontación y de rebeldía a los preceptos de la Luz, porque el karma todavía le cobra su parte.
Es lento y sin retorno el caminar por el camino del progreso, el cual se asemeja a una maraña de hilos que prende el individuo a los mundos de dolor. Por eso, su retorno es recibido con regocijo y alegría, porque una oveja, antes perdida y desgarrada, retorna renovada y en nuevas prendas espirituales, pronta para servir y socorrer aquellos que hoy viven en las mismas experiencias dolorosas, pues su vida le capacitó a extender las manos como nos enseñó el amado Maestro Jesús.
Hermanos encarnados, venimos a vosotros a decirles: estáis en ese momento, construyendo las bases de vuestro futuro y deseamos que las sabias palabras del Divino Jesús sean siempre las consejeras para guiaros en medio de los obstáculos que surgirán, para que las experiencias vividas os tornen más fuertes y resolutos en vuestra fe.
La Paz del Maestro.
Santo Agostinho
GESJ - 23/08/2016 - Reunión Pública - Vitoria, ES - Brasil