¡"Venid a mí, las criaturas, porque de ellos es el reino de los cielos!"
Anunciada la condición para la evolución de los seres, el Maestro nos guió por la senda del progreso, impartiendo enseñanzas profundas, en las sencillas palabras de las historias de lo cotidiano de simples pescadores.
Nosotros Lo seguimos, en Él reconociendo el Salvador, el Libertador de los hombres. Desconocíamos su poder, juzgando que Su cuerpo físico sería la representación de la Fuerza de Dios. Sin embargo, descubrimos con Su infame muerte que el cuerpo físico representa apenas el vehículo del alma eterna y que los mundos transitorios forman parte del conjunto de las creaciones de la Mente Divina, proporcionando, la centella en tránsito, los medios para evolucionar.
La transformación verdadera del alma se produce cuando el ser se doblega ante de la Voluntad de Dios en el cumplimiento de Sus Leyes, el abandono de la barbarie, de la maldad, de la rebeldía y el cumplimiento de la Ley del Amor, que libera a la criatura de las cadenas de los mundos atrasados.
Nos unimos a esta humanidad para el despertar de las almas a través de las palabras de Jesús: "Hacer al prójimo aquello que os gustaría que este os hiciese" y "Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismos."
Nosotros os saludamos en el Nombre de Jesús y el Nombre de Dios, el Creador de todas las cosas.
Yo soy Pedro, vuestro hermano
Pedro
, el ApóstolGESH - 06/08/2016 - Vitória, ES - Brasil