En mis tiempos de "Católica, Apostólica Romana", más o menos a mis 16 años, los Seres Espirituales de mi veneración eran Jesús, María, Madre de Jesús y Antonio de Padua de Lisboa.
La estera del tiempo pasó, y yo, ya madre de algunos hijos, continuaba firme, como hasta hoy, con mi fe y confianza inquebrantable en los tres.
En las horas difíciles, de amargas tribulaciones, suplicaba en un deseo "ver los hermanos mayores", con lágrimas en los ojos, que me ayudasen. ¡Cosa increíble! El socorro espiritual, a través de la intuición, llegaba a mi pobre espíritu, aconsejando la resignación, paciencia y el coraje.
Pasaron los años y yo abracé convencida la vida después de la muerte, la Reencarnación y las varias Moradas en la Casa del Padre, y no sólo de las moradas después de la muerte del cuerpo físico: "el cielo y el infierno" por toda la eternidad, como afirman en el nombre de Dios, muchas religiones.
Soy espirita de corazón. Sigo con mucho amor la Doctrina Espirita codificada por el querido y genial hermano Allan Kardec; tanto que, sin ser médium=canal, me atreví a fundar un Centro Espirita, que cumplió 40 años el 23 de diciembre del año pasado (2010). Sin embargo, la admiración, el respeto y el amor por Jesús, María y Antonio de Padua se hicieron más fuertes, porque en nuestro modesto y pequeño GESJ hemos recibido mensajes, principalmente de Jesús, hijo de María.
La Doctrina Espirita aliada al Evangelio de Jesús explica claramente esos "misterios y enigmas" de la Vida: ¿Qué somos? ¿De dónde venimos? ¿Para dónde vamos?
¡Cuánto conocimiento! ¡Cuánta lógica en las respuestas, consuelo y esperanza en la magnífica trabajo del Maestro Kardec!
Y los ignorantes y pobres de espíritu lo atacan bárbaramente. ¡Cuánto fanatismo religioso! ¡Cuánto preconcepto y discriminación!
Pero volvamos a hablar de María. Cito siempre su sagrado nombre con profundo amor y admiración, porque también soy madre.
Sus mensajes son pocos, sin embargo, me causan sorpresa e inmensa alegría y como son semejantes en su contenido, resolvimos juntarlas a ellos juntos en un solo libro con las de Hermana Dulce y Joanna de Angelis.
Tres mujeres por encima de lo normal, y por eso mismo, se destacan por la nobleza de carácter y pureza de sentimientos, dedicando sus vidas (Joana de Angelis y hermana Dulce) a vivir practicando, las Sublimes Lecciones del Adorado Maestro.
Pero, hablando de María, Madre del Gobernador Espiritual de nuestro hermoso Planeta, ahora me recuerda de un episodio interesante, ocurrido en nuestras rutinarias reuniones de desobsesión. Aquí está:
Esa noche, como de costumbre, atendíamos a una persona que no conocíamos.
Era un hombre de unos 48-50 años y se produjo en su consulta algo inusitado. El médium hablaba de que veía a través de la videncia, en el plano astral.
Fue una escena hermosa, emocionante, sobre María. No recuerdo más los detalles:
María aparecía en el cielo por entre las nubes y dirigía palabras de confort para el consultante como decirle ¡"Cálmate hijo. Ten fe: Estoy siempre contigo"!...
Para nuestra sorpresa, el hombre, bastante emocionado, al oír las palabras de María, a través del médium, casi llorando exclamó: "Yo soy devoto de María. La amo de todo corazón."!...
Después de la gratificante emoción, le pregunté: ¿Cómo ve a este Centro Espirita? ¡Pues deduje luego que él era católico!
Él respondió: Fue el Padre X, de la iglesia Y, que me aconsejó venir aquí.
¡Se despidió muy alegre y no sabemos más de él! Creo que la fe, alimentada por la maravillosa videncia, lo sanó.
¡"Los milagros también se producen en los Centros Espiritas"!...
¡Alabado sea Nuestro Señor Jesús Cristo!
Mucha paz en Jesús.
Margarida
(1923 - 2014)
Grupo Espirita Siervos de Jesús. Mayo de 2011
Nota: Mensaje retirado del libro: Mensajes de María de Nazaret, Joanna de Angelis y la Hermana Dulce.