Siempre he tenido una gran admiración por Juan el Bautista, el mismo San Juan de la Iglesia Católica, valeroso guerrero del Ejército Cristo debido a su forma con coraje de hablar en público aquello que él pensaba que estaba mal.
Usted dirá, "Habló tanto que fue la cabeza decapitada y se ofreció en una bandeja..."
Y yo respondería: ¡por eso mismo! Se elimina aquel que, públicamente, denuncia la suciedad. ¿Acaso él no sabía que podía tener un final de vida más o menos de aquel modo?
Es claro que sí. Un hombre valiente, íntegro, puro en sus sentimientos, seguidor de los mandamientos del Padre, los cuales fueron recibidos por él en el Monte Sinaí - dígase, de paso, un excelente médium - y también revelados por él, cuando en su encarnación como Moisés.
Aquel espíritu jamás dejaría de denunciar al público de las mentiras, crímenes y poca moral de los gobernantes y poderosos de aquellos tiempos.
Pensándolo bien, esa última categoría de seres humanos creció mucho en todo el mundo y vienen multiplicándose cada vez más en todo el planeta, sin embargo, con el pasaporte ya pronto para los nuevos "paraísos".
Recordé la respuesta de nuestro querido Maestro Ramatís cuando se le preguntaron cuáles eran los espíritus que más sufrían en el Astral Inferior, a la que él prontamente respondió: los abortistas profesionales, los suicidas y los políticos corruptos.
"A cada uno según su merecimiento." Palabras del Amado Maestro Jesús. Pero volviendo a la Tierra en el siglo XXI. Como sería bueno y útil para los seres humanos si, por el contrario, las buenas semillas germinasen y diesen buenos frutos! ...
Nuestra Tierra misma precisa de innúmeros, numerosos, Juan Bautistas.
¿Cuánto de suciedad que no vería la luz? ... Tal vez no precisásemos una transición planetaria tan loca, violenta y dolorosa como la que se está produciendo.
Siempre adoré a este hermano. Solía decir que mi forma de ser y de actuar era más para Juan Bautista que para Jesús.
Delante de eso, imaginar mi sorpresa y alegría cuando en nuestras actividades espirituales, uno de los instructores del GESJ citó los nombres de algunos guardianes de médiums y adoctrinadores, inclusive a mi guardián. Me dijeron que se llamaba Elías. Resulta que Elías es uno de los nombres de Juan Bautista en una de sus encarnaciones anteriores. Yo tenía la certeza de que era él. Hasta que surgió la oportunidad y yo pregunté a uno de los Trabajadores de la Casa si ese Elías no era el mismo Moisés, el mismo Juan Bautista. ¡La respuesta fue: sí!
Confieso que me quedé bastante emocionada. Fue alegría de más para el corazón de la vieja dama.
Cierro esto, deseando a todos una buena lectura, acompañada de una profunda reflexión en las palabras de este extraordinario Ser Humano que aún vive entre nosotros, ayudándonos en esta dura difícil travesía de un Mundo de Expiación y Pruebas para un mundo de Regeneración o Redención.
Me despido, implorando la Paz para nuestro Mundo, y al Señor de todos los Mundos.
Margarida
(27 noviembre 1923 - 15 noviembre 2014)
GESH - Enero 2012
Nota: Mensaje extraído del Libro del GESJ - Mensajes de Juan Bautista.