Clarividencia: Vi llegar a un hombre de cabellos largos, fisionomía ruda, masculino, pero muy bonita. La energía que de él emanaba de él era muy fuerte y me hizo recordar a un "tornado", o algo parecido. Se aproximó a nuestro Grupo, miró al cielo, por cierto, se presentaba ante mis ojos espirituales, con una coloración azul, increíblemente hermosa, dando la impresión de un ser vivo, palpitante.
Él, contemplando el cielo, recita una oración, de la cual capté lo siguiente:
Ven Señor Jesús, para apaciguar la furia de los transgresores de la Ley.
Ven Amado Maestro, consuela aquellos que lloran.
Ven Amadísimo, encadena las fieras que perturban Vuestro pueblo.
Vuestra Mente es la Gloria de Dios. Vuestro Corazón, la Luz que nos guía.
Nos entregamos, Señor Jesús, a Vuestra Salvación.
Redímenos de nuestras faltas, aceptándonos en vuestro Ejército Bendito.
Fuisteis enviados por Dios y por Ello hecho Cordero.
Acógenos, Señor, a Vuestro alrededor y haznos de Vuestro rebaño.
Muéstranos, en todo, dónde seguir, pues Vuestro es el Reino, el Poder y la Gloria por siempre.
GESH - 16/03/2001