Vengo en nombre de Dios para daros testimonio de Mi Nombre.
Hermanos, vuestra sangre mancha el suelo fértil, el agua fresca y el aire perfecto que la Misericordia Divina les concede.
Transformasteis el júbilo del descanso, la dádiva preciosa de la renovación ofertada amorosamente por el Padre, en noches angustiosas.
Hicieron vuestros corazones esclavos de los placeres mundanos, robándoles el trofeo de la redención a través del esfuerzo en el trabajo disciplinado y gratuito por el prójimo más carente.
¿Dónde están sus acciones edificadoras del Reino de Mi Padre entre vosotros? ¿En medio de las zarzas que les interfieren el camino, dificultando el rápido acceso al objeto de deseo y ambición?
¿Dónde están las dulces palabras de buen ánimo, valor y armonización que deberían ser proferidas en Mi Nombre?
¿En qué paraje se encuentran los ejemplos sanos de la vida cristiana que os legué?
¡Hijos amados de Mi Padre!
Bendita sea la vida que os permite la corrección.
¡Hermanos queridos! Ya es tarde
Desgarrados del rebaño del Pastor que os conduce, os encontramos cual corderos perdidos en medio de los lobos.
Volved a la seguridad de Mi Presencia por acciones, palabras y pensamientos.
Distanciaos de los extraños seres que os circundan, hambrientos de vuestras carnes, sedientos por vuestra sangre.
¡Basta de inmolaciones! Levantaos y venid.
Renunciad a vuestras riquezas frívolas y seguid las pisadas de los pies descalzos que os marcan el Camino de Luz.
No os engañéis, todo lo que hoy contempláis en la materia es pura ilusión. La vida real todavía no fuisteis capaces de vislumbrar. Necesitaréis superar la fuerza instintiva de los cuerpos carnales, sublimando cada emoción inferior en las suaves fragancias de aquellas de naturaleza superior y angélica.
¡Venid criaturas Mías! Os aguardamos en oración, reunidos con vuestros tutores que a todos vosotros auxilian y conducen.
¡Paz amados! ¡Yo os dejo la Paz!
Sananda 12/03/2004
GESH -12/03/2004 - Vitoria, ES - Brasil
Nota: Extraído del Mensaje Semanal 503.