Queridos lectores,

¡Que la Paz del Señor de los Mundos esté siempre en nuestros corazones!

En los días turbulentos que vivimos, para estar en paz, es preciso que la fe inquebrantable que "transporta montañas" y la confianza irrestricta en los Designios Divinos no se alejen de nuestras mentes y corazones.

Que no haya vacilo ni duda en ningún momento, por más doloroso que sea, al final no se instalen en nuestro interior la rebeldía, el odio y, en consecuencia, la descreencia en la existencia de Dios, llevándose las últimas esperanzas de una Tierra Renovada, una Nueva Era.

No hay injusticia divina para quienes buscan la verdad, el porqué de estar pasando por tanto dolor físico, moral y espiritual.

"Buscad y encontraréis", son las palabras del Amoroso Jesús.

Busquen, investiguen, estudien, mediten sobre la Reencarnación, y también la llamada "Ley de Causa y Efecto" o "Ley del Karma". Para que comprendáis mejor el asunto, os sugerimos la excelente lectura de la obra de Atanagildo,　Sembrando y Recogiendo　(Editora Boa Nova, São Paulo). Creo que ya es hora de que las personas encaren la verdad derrumbando algunos mitos y dogmas, como el del　Cielo y el Infierno eternos, creación del Padre Misericordioso para premiar y castigar a Sus hijos.

Dios no da premios ni castiga; somos nosotros quienes nos premiamos, haciendo a los otros lo que nos gustaría que nos hiciesen, o nos castigamos, cuando practicamos lo contrario, desafiando la Ley de Causa y Efecto. Al final, "quien planta viento, recoge tempestades".

Margarida Pinho Carpes

(27/11/1923 - 15/11/2014)

GESJ - Agosto de 2000

Nota:　Mensaje extraído de la Divulgación 41