Discípulos queridos.

Vengo a congregaros para que levantéis patrones de vuestro propio progreso espiritual.

¿Si en vosotros no creéis, quién lo hará por vosotros?

Venimos reuniendo nuestros discípulos a lo largo de los milenios, en progreso lento entre caídas y ascensiones y, en ese momento, en el cierre del ciclo planetario, gran es el número de aquellos que todavía se encuentran presos en las mallas del retroceso y de la ignorancia, no alcanzando las cuotas mínimas para elevarse por encima de la multitud. Pero hay aquellos que, como vosotros, despertarán sus conciencias y vienen caminando, día tras día, a su propia transformación interior.

Nunca os prometemos nada que no fuese trabajo; trabajo duro, pues el progreso es dinámico en el universo y no hay evolución sin trabajo.

Los quejidos y las ofensas son de aquellos obstáculos que el alma se enfrenta y no consigue avanzar.

Hijos, es el momento de renovación, de perdón, de amor al prójimo, de caridad activa para aquel que desea realmente alcanzar dimensiones sublimes, donde la paz y el amor impregnan las almas que allí habitan.

La Casa Espirita representa un oasis en medio de la turbulencia planetaria.

¿Qué es lo que falta para cada uno de ustedes en ese momento?

Tenéis cuerpos físicos en buenas condiciones, que ustedes conducen en la jornada terrena; tienen mentes lúcidas y manos que pueden y deben realizar acciones que traigan beneficios al prójimo.

Las dificultades que atraviesan vuestro camino son el mínimo necesario y es lo que tenéis todavía en débito con la contabilidad divina. Lo cerrado en esta reencarnación clave, que definirá el destino de las almas para más allá en un planeta de expiación o para el exilio, determina que se cumpla el karma de aquel candidato a la ascesis espiritual.

Tenéis a nosotros, espíritus amigos, que del plano invisible participan con vosotros en los trabajos del despertar.

Por lo tanto, hijos, venimos hasta vosotros a esclareceros que es en la dedicación sincera a esa tarea que elegisteis, como el camino iluminado de la ascensión, que estaréis más seguros en la caminata por el tormentoso valle de sufrimientos de la Tierra.

¡Trabajo, trabajo, trabajo!

No perdáis el tiempo en juicios improductivos de las acciones del prójimo.

Si las noticias negativas que circula en abundancia a vuestro alrededor llegan a vuestros oídos y ojos atentos a los acontecimientos en la Tierra, no emitáis pensamientos inferiores, contribuyendo para la propagación de la negatividad. Direccional la mente a lo Alto, en oración, contribuyendo así con las Fuerzas del Bien para aliviar el sufrimiento de los hermanos en la humanidad.

Si los gobernantes no reparan para los deseos de progreso del país, no es juntando a los que lamentan y que se rebelan, que podréis contribuir con el avance y el progreso de la nación. Auxiliareis mucho más enviando pensamientos a Jesús en súplicas sinceras por todos los que se encuentran sumergidos en desequilibrio.

Evitar los pensamientos inferiores y siempre procurar traducir las tareas que ejecutáis en beneficio al prójimo, en perdón de las ofensas, en amor sincero, en todas los sectores de vuestra vida, contribuyendo con el Ejército de la Luz, que marcha sin miedo, iluminando las Tinieblas que campean en la Tierra.

El mal es transitorio, el bien es perenne.

Sumergir vuestros corazones y mentes en la Luz intensa emitida por el Cristo Planetario para vuestro Planeta y, atendiendo la dirección de Jesús, caminar sin miedo rumbo al progreso espiritual.

Amaos los unos a los otros como Jesús os enseñó.

Este es el camino: trabajo, renovación, perdón de las ofensas, unión en torno de la siembra de Jesús.

¡Nosotros os incitamos al amor!

Del lado de acá, seguimos con vosotros, hasta que nos podamos reunir en dimensiones más elevadas, donde nuevamente haremos planes para el futuro.

Jesús, nuestro Maestro y Guía, ilumina vuestra jornada, dándoos fuerza y coraje para no desistir, una vez más.

¡Salve Jesús! ¡Salve la Luz que nos guía!

　

Maestro Ramatís

GESH - 04/02/2017 - Reunión de la Junta - Vitoria, ES - Brasil

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