¡Bendito sea el Amor de Dios!
¡Bendito sea Nuestro Señor Jesucristo!
Demoramos el despertar. Sembramos sufrimientos.
Cuando la Luz nos despierta, vislumbramos las espinas que plantamos y pasamos a desear, para nosotros, el dolor que sembramos, hasta encontrar el perdón de nuestro semejante que sufrió nuestras injusticias, cuando perpetrábamos el mal sin fin.
¡Debemos perdonar, sin esperar ser perdonado!
Debemos sufrir, resignados, las injusticias del mundo.
Y así, sembrando y cosechando, alcanzamos la renovación de nuestros espíritus, para entonces iniciar la ascensión victoriosa a las Dimensiones de Luz.
Los Seres Superiores que nos señalan la jornada terrena no pueden, simplemente, retirarnos de la oscuridad que nuestras acciones determinaron para nosotros y conducirnos para la Luz sublime de la paz. Los espíritus imperfectos no consiguen mantenerse en vibración por encima de la que conquistaron, hasta porque debe haber merecimiento para ser alcanzada la redención. Se precisan de acciones en el bien para corregir la siembra en el mal.
Por milenios, construimos los "castillos de horrores" donde moramos y otros milenios dedicaremos para remodelarlos, transformándolos en Mansiones de Luz que albergarán la caridad anónima.
Hermanos, el amor y el perdón son acciones benéficas que renuevan a las criaturas y el sufrimiento es lo que moldea la nueva constitución del alma renovada.
Amémonos unos a otros, como Cristo nos enseñó, para alcanzar la Tierra de Promesa.
¡Soy humilde Sierva de Jesús, Meimei, y os saludo en el nombre del Divino Maestro!
Meimei
GESH - 19/08/2017 - Vigilia Abrigo Siervos de Jesús - Vila Velha, ES – Brasil