¡Hijos queridos!
Tantos fueron los avisos, los llamados, las advertencias, y vosotros, ciegos y sordos, relegaron hacia un segundo plano el proyecto que debería ser el más importante de nuestras vidas.
Fueron convocados a cambiar el rumbo de vuestra mente: a pensar y vivir hermanamente
Fuisteis llamados a revisar conceptos y principalmente a cambiar comportamientos.
Muchas lágrimas ya cayeron de mis ojos por ustedes y muchas aún rodarán. Mi seno, receptáculo de vuestras angustias se dilacera en compasión. Sufro con vosotros los dolores de este Planeta, pero sufro mucho más, por haber sido ciegos y sordos.
Escogisteis el dolor, cuando colocada a vuestra frente la renovación.
Escogisteis la sangre y el sufrimiento cuando colocada a vuestra frente la unión.
Escogisteis la incertidumbre, en lugar de abrigarse seguros en el corazón de vuestro Hermano Jesús.
Hijos, uníos en oración, lancen vuestros ruegos a las esferas intermediarias de este planeta, envíen vuestras súplicas al Padre, y pedir, no se aparte más de vosotros el cáliz amargo de la expurgación, más la dignidad para sorberlo con resignación y fe.
Las Huestes Superiores unidas con vosotros, emanan siempre la Luz del Amor.
¡Paz siempre!
María de Nazareth
GESH – Psicografia – 15/09/2001 – Vigília Coqueiral de Itaparica, Vila Velha/ES – Brasil