¡Hijos míos!
No siento en vuestros corazones la mansedumbre y el amor. Veo la rebeldía, el orgullo, la vanidad, los vicios que exudan de vosotros. Vibraciones pestilentes que os hacen refractarios a la Luz
No puedes seguir la línea conductora del progreso sirviendo a dos señores al mismo tiempo. Ved bien, hijos míos, estáis ilusionados y fascinados por las facilidades materiales y artificialmente, cultiváis a las Fuerzas del Bien.
Invertisteis las acciones; pues deseáis ser servidos por la Divinidad en la materia.
No existe este camino. Es un atajo sombrío y vuestra alma engañada se desvanecerá en los atollados de los desequilibrios, retrasando aún más vuestro encuentro con las Esferas de Luz.
Activar la dínamo del amor y encenderéis la luz de la verdad en vuestro interior, para que podáis ver con claridad el camino escogido.
Jesús derrama sobre vosotros Su Dulcísimo Amor, pero sumergidos en la oscuridad, no sentís Su Presencia y os hundís todavía más en los charcos inferiores que arrojan vuestra alma al libertinaje y la locura.
La presencia de la luz es constante, iluminando el camino del Progreso, dependiendo de la voluntad del caminante de seguirlo o evitarlo.
Que podáis alcanzar la Fuente de la Vida que restaura y conforta aún, en esta hora que se termina.
Jesús, el Divino Hijo, os bendiga.
María
GESH – 21/07/2007– Vitória, ES – Brasil
Nota: Mensaje extraído del Libro de María