¡Hermanos, que la paz del Maestro Jesús nos envuelva!
Embalados por Sus Vibraciones Amorosas iniciamos nuestro camino. Los obstáculos, todos ellos, fueron construidos por nosotros a lo largo de la jornada que venimos recorriendo hace milenios.
Transitamos por los caminos que nosotros mismos escogimos, en busca del progreso enunciado por los Mensajeros de la Luz.
Vamos y volvemos absortos, por la belleza de los paisajes, por el brillo fatuo de las cosas atrayentes y, en esas distracciones, pisamos en las flores pequeñinas, concedidas por la Misericordia Divina para perfumar nuestra caminata.
Distraídos, nos negamos a detener el paso apresurado para poder oír atentamente y auxiliar a los que gritan, lloran y claman por un aliento, una orientación o un envolvimiento fraterno.
Yendo y viniendo pasamos distraídos por muchas puertas de acceso a los atajos benditos, que ahorran sufrimientos acortándonos la distancia en su recorrido, sustituyendo el dolor por el trabajo, que redime, ajusta y libera.
Hermanos, cada día es puerta benefactora de oportunidades bendecidas. El día de hoy es presente intransferible y puede convertirse en una oportunidad de mudanza definitiva de los rumbo de vuestra jornada.
Sed mansos, conectaos a lo Alto y recibiréis, directamente, de las Fuerzas de la Luz el coraje para mudar.
¡Salve la Luz!
¡Salve el Divino Jesús!
André Luiz
GESH - 13/05/2008 - Vitória, ES - Brasil
Nota: Mensaje recogido del libro: "De las tinieblas a la luz: ciudades infernales"