Hercóbulus, el Planeta Intruso o Higienizador, está destinado a recibir, como ya os fue dicho, una parte de la humanidad terrena, aún encarcelada por las inquietantes pasiones carnales.
Allí, en medio de la atmósfera aún muy densa del planeta, darán salida a los impulsos groseros, liberando en la materia los miasmas deletéreos de sus almas.
Mundo constituido de víctimas y verdugos, mantendrá el ciclo de la rueda kármica depuradora, que nuevamente les dará oportunidad de limpiarse de las malezas del espíritu, hasta que puedan transmutar sus vestiduras periespirituales.
Aquellas personas que estén destinadas a vivir en el Planeta Nuevo habrán de ir al Planeta Rojo y al Planeta Intruso, para prestar el socorro caritativo que deberían haber dado antes, cuando todavía vivían en la Tierra. Sufrirán mucho al contacto de las energías primarias y al llamado de la consciencia; debido al abandono de sus deberes espirituales, en los tiempos más cruciales que la Tierra paso.
Al contraste de las vibraciones, enfrentadas en los dos planetas distintos, sentirán cuánto podrían haber donado de sí y no lo hicieron y, a cada instante, recordarán con tristeza las oportunidades desperdiciadas.
Tres planetas (el Planeta Nuevo, Hercóbulus y el Planeta Rojo) y tres destinos ligados por el incumplimiento de la Orden y de la Ley.
Ysh-Wam
GESH – 18/10/2003 – Vitória, ES – Brasil
Nota: Mensaje extraído de la Divulgación 36