Hermanos, lo que nos une en esta escuela espiritual es la voluntad de crecer moral y espiritualmente, y así podemos avanzar en el largo camino del progreso.
Llegamos muchas veces de retorno al plano espiritual exhaustos, fallidos, y pensamos en arrojarnos a la locura del olvido cuando, percibimos las oportunidades que dejamos pasar para saldar deudas, aliviar las heridas y darnos perdón.
Me dedico intensamente en ese momento a mi desarrollo espiritual, porque cuando en la carne tengo la consciencia de mi arrogancia que, no perdonaba los deslices ajenos.
Todos somos aprendices, y en esta Casa de amor voy pasando a los jóvenes y niños, las hermosas lecciones de canciones, música y poesía que me guiaba en mi vida, transformándolas en gotas de esperanza en sus frágiles corazones.
Sigo aprendiendo, y con amor me despido.
Ary Barroso
GESJ – 02/10/2010 – Vitoria, ES – Brasil
Nota: Mensaje extraído del Libro Semillas al Viento