¡Salve, las Estrellas!
¡Salve, el Cristo Planetario!
¡Salve, los Emisarios de la Paz!
¡Salve, el Universo de la Luz!
Llegan muchos mensajes hablando de las predicciones de catástrofes, de los dolores por los cuales la humanidad pasa, del asedio de las Sombras, la carga deletérea, densa, pesada y nociva que entra en la atmósfera, influenciando y enfermando al hombre terreno.
Pero también hablamos de las Estrellas, los parajes de luz, del socorro amigo enviado por el Cristo Planetario y por el Gobernador Sananda. Hablamos de los socorros y de las alertas.
Entonces, pedimos a vosotros, hermanos terráqueos: sed vigilantes, no os apeguéis solamente a los momentos de dolor. Recordar también de los buenos momentos en que el Maestro Jesús reunía a los niños, de los mensajes de incentivo, de las energías de felicidad, de la alegría que sentís en presencia de vuestros Maestros.
No dejéis que vuestras mentes vaguen solamente en la locura viviente en el mundo terreno, porque los buenos pensamientos y las buenas energías son antídotos para la tristeza y la melancolía. La esperanza de un nuevo futuro elimina de la mente la desesperación de las horas que se aproximan.
Es necesario asumir la responsabilidad con el momento, pero también es imprescindible mantener una energía vibrante de alegría, porque si no seréis arrastrados por los desesperados tanto del plano astral, como del plano físico.
Las personas tienden a aproximarse a los alegres, a los armónicos, a los saludables. Procurar crear a vuestro alrededor ese campo de energético saludable, para que vuestros cuerpos no se enfermen, vuestras mentes no se debiliten ante los dardos nocivos que son lanzados contra los trabajadores de la Luz.
Los Maestros, aunque se presentan con sus semblantes serios, son espíritus felices y armónicos. Por lo tanto, disfrutar de esa felicidad y no os apeguéis solamente a los momentos de tristeza. Recordar los momentos alegres de vuestras vidas, porque la tristeza enferma el alma, y tendréis que usar cada vez más de esos recursos, pues, de lo contrario, toda la humanidad enfermará y no habrá un trabajador para levantar aquel que cae al suelo.
Cuanto más se aproxima la hora de los tres días de oscuridad y de la verticalización del eje de la Tierra, más se requerirá de la templanza, de la resiliencia y de resistencia emocional de los trabajadores de la Luz.
Contamos con vosotros, hermanos, para que sean ese escudo protector. Precisamos que los hijos del Padre que se disponen a trabajar en nombre de la Luz sean nuestra fuerza en el plano físico, porque estamos perdiendo algunos trabajadores por no tener una fe robusta. Y, cuantos menos trabajadores en nombre de la Luz, mayor será el caos, facilitando la acción de las sombras.
Esas sombras solas no derrumbarán la Casa Siervos de Jesús por causa de esa resiliencia, de la resistencia y de la lucha valiente y fuerte en los planos físico y astral.
¡Sean firmes, guerreras!
No bajéis la espada mientras el Comandante está al frente.
Ariadne
Extraterrestre de Venus
GESJ – 13/04/2019 – Vigília Abrigo Siervos de Jesús – Villa Bella, ES – Brasil