¡Salve, Jesús!

¡El cuerpo físico es un organismo extraordinario!

Máquina de perfección desconocida integralmente por la medicina científica, que no puede descifrar los meandros de su organización física, puesto que su conducción no es autónoma, pues depende del alma allí encarnada.

Cuerpo y el alma funcionan en sintonía, en función del planteamiento para cada individuo, y los científicos de la Tierra solamente conseguirán vislumbrar los enigmas de la enfermedad cuando profundicen en el estudio del alma.

En los combates que se vienen realizando en el plano espiritual, traéis para el drenaje en el cuerpo físico muchos venenos y residuos adquiridos en las luchas ocurridas en los planos invisibles. Vuestra alma posee regiones frágiles, donde la densidad está más concentrada debido a los errores del pasado ​​y el drenaje para la materia ocurre exactamente en esos puntos de debilidad donde la densidad es mayor.

Para la limpieza del espíritu, el cuerpo físico es el recurso mayor ofrecido por la Misericordia de Dios. 

Los pensamientos, en torbellino por los problemas de la vida, provocan la aspiración de residuos densos del plano sutil que son drenados para el cuerpo físico. Por lo tanto, con el pensamiento en desorden, ocurre el desequilibrio orgánico.

Existen también los dardos de veneno lanzados por los enemigos que os persiguen, por los encarnados que os envidian o desean vuestro mal y hay toda una negatividad que se cierne a vuestro alrededor, siendo todo absorbido por el espíritu y drenado para la materia.

Cuanto más elevado es el pensamiento y, por la voluntad activada, el individuo permanece vigilante, menos cantidad de esos residuos y venenos serán absorbidos. Con el desarrollo de potenciales mentales, todos pueden ser repelidos y mantenidos a distancia.

Pregunta: ¿Esto significa que también somos catalizadores, ayudando en la limpieza astral, dado que absorbemos y retenemos la carga deletérea de ambientes nocivos, como si fuéramos filtros? ¿Esto también es tarea nuestra? 

Dr. Cruz: No se trata de una tarea, sino de entrenamiento del alma para desenvolvimiento atributos superiores, que posibilitarán repeler o absorber cargas negativas de determinados ambientes, de forma voluntaria o involuntaria.

Pregunta: ¿Esa toxicidad aspirada viene del ambiente o de nuestro propio cuerpo espiritual, precipitando las toxinas para la materia? 

Dr. Cruz - Una cosa y otra. Ese recurso de aspiración puede ser usado conscientemente para limpiar determinado ambiente, cuando se eleva el pensamiento, suplicando auxilio a las Fuerzas del Bien por un ser querido, o para limpiar el propio lugar; o usado involuntariamente, cuando, psíquicamente preparado, se circula por ambientes de alta densidad negativa, absorbiendo su negatividad. 

Por lo tanto, la vigilancia mental es imprescindible en todos momentos. Es defensa para eliminar de forma menos dolorosa esa densidad.

Jesús es el Médico Mayor que nos guía y sustenta.

¡Salve Jesús!

Dr. Cruz 

GESH - 25/05/2019 - Vigilia Refugio Siervos de Jesús - Villa Bella, ES – Brasil