¡Amados hijos de Mi Corazón!
¡No vine a destruir la ley de los hombres!
¡Yo vine a traer la Ley de Dios para que ustedes modificaran!
¡Manso es Mi yugo!
¡Leve es Mi fardo!
¡Venid a Mí todos ustedes que sufrís las injusticias y los dolores del mundo, y Yo aliviaré vuestro sufrimiento y os conduciré al Reino de Mi Padre!
En la Casa del Padre hay muchas moradas, que representan, para el alma inmortal, refugio y oportunidades de evolución. Infinitos mundos y humanidades habitan planetas próximos y lejanos de esta pequeñita esfera en la que habitáis. ¡Vuestra mente obnibulada por el aprisionamiento de la materia no consigue siquiera suponer que existieran las dimensiones de paz y armonía!
Toda creación divina es de libre acceso para las almas que alcanzaren el merecimiento y, por las vibraciones elevadas, entran allí y disfrutan de la felicidad, de las alegrías, de la paz infinita de Dios.
Retirad la venda del orgullo y del egoísmo, de la maldad y de la soberbia que os impiden ver la Luz de Mi Amor a vuestro alrededor.
Estáis muy atormentados y confundidos por los dolores y enfermedades que os abaten. ¡No viene de Dios, el mal que os aflige! Son apenas, hermanos, hijos amados de Mi Padre, las consecuencias de vuestra rebeldía contra las leyes divinas y eternas.
¡La muerte no es el final, sino el recomienzo para la gloria del espíritu inmortal!
Venid a Mí todos, hermanos de la Tierra, para la fiesta de la Nueva Era que se acerca.
Las tormentas avasalladoras doblarán a vuestro orgullo. Y cuando percibiereis que no conseguiréis, por la materia, las soluciones que no vendrán de la materia, alzar la mirada a los planos de Dios y allí Yo estaré, para conduciros a ustedes al Reino de la Luz.
Os bendigo humanidad y os dejo Mi Amor, sin embargo, con vosotros sigo, caminando, paso a paso, vuestra estadía en la Tierra.
¡El Cristo Planetario os conduce!
Jesús Sananda
GESH – 11/12/2020 – Vitoria, ES – Brasil