¡Salve, el amor del dulce Jesús!

A pesar de que estamos en un nivel evolutivo por encima de la humanidad terrena, sentimos profundamente vuestra desesperación, vuestros dolores, escuchamos vuestras súplicas.

Lo que, principalmente nos conmueve, toca nuestros corazones, es el sufrimiento de los niños, puesto que, si no son espíritus inocentes, cuando se sumergen en la materia, poseen la inocencia de la edad y sufren en las manos de aquellos que vinieron con la bendita tarea de amarlos, orientarlos y protegerlos.

En todo final de un ciclo, los más frágiles, los más desprotegidos son los que sienten más fuertemente el látigo del revés, de la incomprensión y la fuerza desproporcional de la mano que abate el frágil cuerpo.

Acercamos los pequeños de varios trabajadores, ya que es diferente nos aproximamos a ellos como haríamos con un adulto, porque cuando son verdaderamente amados, apreciados y comprendidos, rompen en llanto convulsivo, pidiendo que los lleven, que hagan parar el dolor, que curen sus heridas.

Sabemos la importancia de la experiencia en la materia para el alma eterna y, con el permiso del Gobernador Planetario, el Amado Jesús, podemos, en algunas ocasiones, desviar a los pequeños de un rumbo de caída o de un sufrimiento aun mayor. Esto tiene un costo muy alto, dado que asumimos la responsabilidad por aquellos que auxiliamos.

Todo en el Universo es dar y recibir. Todo obedece a un mecanismo, a una secuencia perfecta.

Si estos pequeños alcanzan la madurez sin aprender a amar ...

¡Ah! Qué triste será su caminar, ya que el ciclo no se interrumpe. Nuevamente entrarán en sus ruedas kármicas de dolor y de purificación.

Para nuestra alegría, vemos a algunos consiguiendo su liberación, quebrando las corrientes que los prenden en esta ruta viciosa. Estos, se convierten en padres amorosos, amigos, compañeros, solidarios y fraternos. Y contamos con ellos como nuestros correspondientes en el plano físico, ya que el rayo de amor iluminó la chispa que estaba oscurecida por la materia densa.

Cuidad de vuestros pequeños, ya que ellos serán la respuesta para la ayuda en el plano físico. Si deseáis hombres justos, tratad con justicia a los niños; si queréis un planeta fraterno, tratad con amor la infancia; si aspiráis a cuidadores, proteged y cuidad de la infancia, que está abandonada en el planeta Tierra.

Maestra Nada entre ustedes, suplicando a los más altos poderes espirituales, misericordia para la humanidad.

Maestra Nada 

Maestra de la GFBU 

GESH - 25/05/21 - Festival Wesak - Jacaraípe, Serra, ES - Brasil