¡Salve, el Maestro Jesús!

Soy aquel que, autorizado por lo Alto, vengo a hablar a mis hermanos de humanidad, para que fortalezcáis vuestra fe en lo Alto Arriba, en el Maestro Jesús y en Sus Emisarios.

Bien pocos están preparados para los graves cambios que se aproximan en la Tierra.

Hermanos, ¿estáis preparados para que vuestras vidas sean modificadas por los vientos del cambio?

¿Cuál de ustedes está listo para pasar por necesidades?

¿Cuál de ustedes está preparado para las grandes transformaciones sociales, morales y físicas que se aproximan?

Cuando hablamos que os preparéis para lo que vendrá, no penséis que esto es un sueño guardado en vuestras mentes para el futuro, que las transformaciones aguardarán el momento en que vuestra casa esté fortalecida, vuestra mente esté preparada, que vuestros hijos estén formados, emancipados, que vuestros tratamientos de salud estén concluidos, que el trabajo sea satisfecho.

Como dijo el Dulce Rabino: las transformaciones llegarán como ladrón en la noche, provocando estragos sin aviso previo.

En relación con el mundo, vuestras vidas aún caminan de manera ordenada dentro de vuestras programaciones, con vuestros compromisos siendo cumplidos. Pero, ¿y si las revoluciones llegarán a vuestras ciudades, a vuestro país?

Mirar a vuestros hermanos de humanidad, que viven, en sus patrias, pruebas dolorosas, muchas de ellas impuestas por la locura humana, pero algunas, derivadas de las transformaciones planetarias ocasionadas en el plano físico.

Mirad para ellos y pensar: podría ser yo, podría ser mi hijo.

No esperéis que el Apocalipsis llegue con una fecha marcada en el calendario terreno; él ya está aconteciendo en vuestro mundo, y crecerá cada vez más en intensidad y en fuerza, hasta que sea reestablecido el Orden Divino en el amado planeta Tierra.

Noto, en muchas mentes, acomodación material, sin reflexionar que, de una hora para otra, todo podría modificarse. El momento que la Tierra atraviesa es grave y urgente y no permite a la criatura, distracciones, y mucho menos indiferencia como el sufrimiento ajeno.

Lo que viene, hoy, aconteciendo hoy en algunas regiones aisladas, será acontecimiento planetario y no estáis preparados. Veo todo eso.

Los mensajes que se enviados por incremento de misericordia, a veces, pasan por vuestras manos como meros papeles, palabras sueltas al viento. Pero, llegará el día, en que viviréis todo lo que los mensajes alertan.

Lamentos y llantos de quien recibe este manantial que viene de lo Alto, no serán admitidos por la espiritualidad superior, porque “a quien mucho es dado, mucho será cobrado”.

Cuando el dolor llame a vuestra puerta, acordaos que fuisteis avisados.

Cuando os retiréis de vuestra comodidad por imposición de las transformaciones, acordaos de que fuisteis avisados.

Cuando las pérdidas abatieren vuestro hogar, y no digo pérdida de vidas, pues que esto ya viene aconteciendo desde el principio de los tiempos, acordaos de que todo fue avisado.

No hay una coma en los mensajes, que no haya sido preparado antes por lo Alto, para manteneros firmes en las trincheras.

Que podamos mirar para esta Casa y ver que no sois una preocupación a los ojos de los socorristas, que no habrá nadie aquí en desesperación para ser socorrido, sino que seréis un compañero nuestro, un trabajador más en la cosecha del Maestro Jesús.

No descanséis vuestros brazos, ni vuestras mentes. ¡Estar alerta!

La Casa Espírita precisa de vosotros, pero ella sobrevive, a pesar de vosotros.

Aquel que huya del enfrentamiento no provocará un descenso para la Casa Espírita, al contrario, tendrán ese peso que llevar para la próxima reencarnación, como remordimiento a pesar en su alma.

Esta alerta, este clamor que paso para vosotros, es la preocupación de un Hermano que mucho caminó, que mucho vio y siente que algunos andan distraídos, sin prestar atención a los cambios.

El próximo año será de gran prueba para la humanidad y para esta patria amiga. Entonces, trabajar ahora en vuestro espíritu, y vuestra convivencia familiar, puesto que, una vez iniciada la transformación, no habrá más retorno.

Juan Bautista entre ustedes.

¡Que la Paz del Maestro Jesús pueda confortar vuestros corazones!

¡Salve, Jesús!

 

Juan Bautista

GESH – 18/08/2021 – Vitoria, ES – Brasil

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