¡Salve, Jesús!
De Las profundidades del inconsciente emergen los recuerdos que asombran al ser humano. Recuerdos de un pasado delictuoso repleto de caídas morales, ahora amortiguado por la coraza de la carne, por el limitado cerebro del cuerpo físico, pero vivo en la memoria sideral de cada individuo.
Pobre humanidad, que anula el espíritu y potencia la materia perecedera y transitoria, permaneciendo atada a planetas atrasados. Vuestra alma inmortal permanece repleta de manchas, nodos y residuos, que sólo podrán ser drenados en futuras encarnaciones, en otros planetas.
Hermanos, adentráis al mundo de los espíritus cada vez que vuestro cuerpo físico duerme. Y el espíritu, liberándose de la contingencia carnal, entra en contacto dinámico con otras almas que están a su alrededor. La mayoría de estas almas están en desequilibrio, en busca de sensaciones de venganza, divirtiéndose con los encarnados, drenando bajas vibraciones en las almas incautas que, perplejas al adentran en el mundo espiritual, se dejan dominar, como marionetas, por estos hermanos inadaptados con las Leyes Divinas.
Cada día, con mayor intensidad, vemos a la humanidad encarnada enredada por la humanidad desencarnada.
Los pensamientos, emociones e intenciones menos dignas de la humanidad encarnada alejan a los seres superiores que, por compasión y amor, procuran inculcar en las mentes el deseo sincero de progreso y cambio de una trayectoria de errores y caídas. Sin embargo, sus amorosas vibraciones se pierden ante la densidad de las pupilas encarnadas.
Mientras tanto, los desequilibrados avanzan, voraces, encontrando armonía para sus acciones que desestabilizan las colectividades humanas, trayendo conflictos, violencia, barbarie, guerras y todas las acciones menos dignas.
Quien no busca practicar las lecciones básicas de amor al prójimo y amor a Dios, perdón de las ofensas y fraternidad, incluso asistiendo a los servicios religiosos, permanece refractario a la protección divina, que está presente, guiando a la humanidad terrena, orquestando la transición planetaria.
Se libran intensas batallas y luchas en el plano invisible entre el Ejército de Cristo y el Ejército de las Tinieblas. Seres bestiales, desprovistos de amor y compasión y corazones ennegrecidos por la práctica del mal, son abatidos antes de que se aproximen peligrosamente a los incautos encarnados y se lleve a cabo la limpieza planetaria, de acuerdo con la Voluntad Mayor de Dios en Su planificación para la transformación planetaria y selección de la humanidad.
Aquel que quiera realmente seguir a Cristo, que tome su cruz y, sin lamentos, proceda para adentrarse en la Nueva Tierra.
¡No os juzguéis tan atrasadosa punto de no poder contribuir a la Obra de Dios en la Tierra! Por el contrario, vuestras imperfecciones os deben impulsar la transformación con Jesús, porque la iluminación del alma es adquirida en el intenso trabajo por el bien de la Tierra y de su humanidad, en los pequeños sacrificios y renuncias en la transformación del ser humano y en la práctica del bien.
Adelante, Guerreros de la Luz, porque intensas son las luchas para el rescate de los seres caídos y la iluminación de los planos inferiores, hasta que el planeta, extenuado de sufrimientos, se ilumine en las sublimes dimensiones.
¡Jesús os bendice!
Seguimos trabajando en el mundo oculto, invisible, en los planos densos de los Abismos, para que el planeamiento divino, la voluntad mayor del Padre, se manifieste en la Tierra.
Rochester, con vosotros.
¡Salve, Jesús!
Conde Rochester
GESH - 26/08/2022 - Vitoria, ES - Brasil