¡Hermanos de humanidad, escuchad el grito de Jesús!
¡Amaos unos a otros! ¡Perdónense!
La espada de la justicia no está en manos de ninguna criatura. El que siembra la guerra, incendia su propio corazón.
Procurad conoceros a vosotros mismos y mirad a vuestro alrededor.
¿Las relaciones familiares se encuentran apaciguadas?
¿La sociedad vive en fraternidad?
¿Los débiles y los pobres están ayudados por los ricos?
¿Los que están sanos están auxiliando a los enfermos?
¿Los que tienen agua la distribuyen a los que no la tienen?
¿Y cuántos están disminuidos y hambrientos, esperando que manos amorosas los socorran?
Este es vuestro primer deber: ¡la caridad y el amor al prójimo!
Sembrar discordia, envenenar vuestro propio corazón con revuelta y rebelión y sembrar la guerra y la violencia os mantiene prisioneros de las regiones densas y oscuras accesibles a la turba de espíritus delincuentes que caminan con vosotros, muy próximos, en este momento planetario.
Cada pueblo tiene el gobierno que le merece, así como cada criatura está insertada en el contexto familiar, social y planetario que mejor atiende a sus necesidades kármicas.
En todo el mundo, las instituciones que sostienen a las sociedades buscan ajustarse a un “nuevo orden decadente” que, soterradamente se ha inmiscuido entre las criaturas. La decadencia moral se ha transformado en la “verdad”, donde los poderes legislativos instituyen sus leyes. Es un terreno arenoso, pantanoso, y que viene colapsando, día tras día, porque “ninguna verdad es sustentada por mentiras”.
La Obra de Dios es infinita y abarca a todos los seres de la Creación; y todo lo que sucede está dentro de las leyes de las probabilidades, por cuanto las Leyes de Dios a todo comandan, llevando cada criatura a recorrer el camino que le lleve a las dimensiones de la Luz. El tiempo que demora cada alma en esta ruta es de acuerdo al libre albedrío de la criatura. Y esta humanidad viene caminando muy lentamente, con pasos tambaleantes, en el camino ascensional. Al término del “ciclo planetario”, mientras la Tierra se ajusta para entrar en una dimensión superior, la humanidad permanece desarmonizada con Dios y la “selección de los vivos y de los muertos” acontece de manera intensa y frenética, en concomitancia, con la transformación planetaria.
Si sois de aquellos que todavía no consiguen ver la realidad, que todavía están apegados demasiadamente a las sensaciones y pasiones físicas, que la vida material es el foco principal de pensamientos y acciones, sois de aquellos candidatos al exilio.
Las dificultades se amontonan en vuestra frente y, para manteneros conectados con las Huestes de la Luz, deberéis esforzaros, no permitiendo que, en vuestra alma, la duda y el miedo conduzcan vuestros actos.
Solamente aquellos que desenvolvieran la fe y la confianza en los designios de Dios, que procuran corregirse, entrando en la frecuencia del Divino conductor de la Tierra, Jesús, y que, aun con caídas, se levanta rápidamente y procuran reajustarse con la frecuencia del Luz, conseguirán alcanzar la Tierra de Regeneración.
Amar y perdonar, porque este es el camino de la redención.
En el plano espiritual, invisible a los ojos físicos, pero vibrante para el alma, las Fuerzas del Bien vienen trabajando arduamente en luchas que vienen ocurriendo, sin cesar, entre el Ejército de la Luz y el Ejército de las Tinieblas, que avanza sin miedo, perverso, sobre la humanidad encarnada.
El planeta debe ser saneado antes de entrar a la dimensión superior. Aquel que desee servir a Cristo, que conecte su mente a Su Amor para luchar y servir, en el nombre de Dios.
Ashtar Sheran, con vosotros.
Preparaos para luchar y servir, pues el caos avanza y las sociedades, en sus estructuras gubernamentales, religiosas y sociales, se encuentran prestas a ser arruinadas por una “nueva orden” de caos planetario.
¡Que Jesús os bendiga!
Paz en vuestros corazones.
Comandante Ashtar Sheran
GESH – 13/01/2023 – Vitoria, ES – Brasil