4087

El perdón de las ofensas es el primer acto de aquel que desea renovarse con el Cristo

18/03/2023

      A+ A-


“¡Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen!”

Así expiró Jesús en la cruz dolorosa, perdonando a sus verdugos, en un gesto imperecedero, traduciendo que, para alcanzar el Reino de los Cielos, debemos naturalmente perdonar a los que nos hieren.

El perdón de las ofensas es la alegría (es decir: alegría extrema) liberadora para el alma, porque aquel que perdona se libera de una pesada carga que le impide avanzar por el camino del progreso.

Hermanos, las guerras son constantes compañeras de esta humanidad, en los diversos ciclos de existencia, en los últimos milenios. Por falta de perdón de las ofensas y de amor al prójimo, las criaturas se debaten saliendo y entrando en diversas encarnaciones, sin conseguir liberarse de las manchas, cementos y pesos adheridos a sus almas.

Seguid el ejemplo divino de Aquel que se sacrificó para dar testimonio de las Leyes de Dios, transformándose para nosotros en camino, verdad y vida liberadora. Solamente a través de Jesús, el Divino Maestro, conseguiremos alcanzar dimensiones por encima de los planetas inferiores que habitamos.

Hermanos, den el primer paso rumbo a la regeneración de vuestras almas. El perdón de las ofensas es el primer acto de aquel que desea renovarse con el Cristo.

Perdonar incondicionalmente aquellos que os hieren, mientras, con él, camináis. Aprovechen ávidamente todos los minutos de oportunidades en la materia para perdonar, amar y transformaros, para merecer habitar un mundo renovado.

Las encarnaciones en mundos materiales traen, para el espíritu, oportunidades para adelgazar de sí los cimientos allí colocados por la práctica delictuosa del mal, por las acciones denigrantes, degeneradoras, contrarias a las Leyes de Dios que sedimentaron, a través de cada gesto delictuoso, tejido viscoso, denso y pesado en ese espíritu. Solamente a través del dolor regenerador, del perdón que apacigua y limpia el alma, del amor que renueva las células espirituales, alcanzaréis un mundo de paz y de armonía, que todas las almas desean.

Hermanos amados, Cristo vela por nosotros y por Ello debemos sacrificarnos, renunciando al mal, practicando el bien y el amor para merecernos un mundo mejor.

Jesús bendice a todos en el camino doloroso que se abre frente a la humanidad terrena. Empero, hermanos, solamente en el dolor bien experimentado, comprendido, para la transformación verdadera del alma, alcanzaréis la Tierra de Regeneración.

¡Salve, Jesús!

Emmanuel, con vosotros.

Los trabajos se multiplican en el plano que vivimos y debéis, hermanos encarnados, esforzaros para contribuir en la limpieza planetaria y en la renovación de vuestras almas.

¡Salve, Jesús!

 

Emmanuel

GESH – 05/03/2022 – Vitoria, ES – Brasil




VOLVER A LOS MENSAJES Y DIVULGACIONES
CONTACTO CON NOSOTROS AHORA!
Todos los derechos reservados Extras e Instras | 2025
FBrandão Agência Web