Hermanos, que la paz esté con vosotros.
La venida de Jesús a la Tierra fue el mayor marco de impulso para la ascensión de un gran número de espíritus encarnados y desencarnados, que ya habían despertado sus conciencias hacia la existencia de algo más allá de la materia y de los limitados sentidos humanos y que ya practicaban acciones en beneficio del prójimo, de forma humilde y contundente.
Esos espíritus supieron aprovechar el momento divino vivido en el planeta y alzaron el vuelo hacia el Más Alto, dejando atrás millares de encarnaciones de sufrimiento.
Agradecidos a la Tierra por la paciencia y tolerancia con la que les recibió durante tantos milenios de su trayectoria ascensional, ahora vuelven la mirada hacia la Tierra, en este momento en el que se tambalea entre dolores dilacerantes, para por fin liberarse de la cáscara de podredumbre y renacer límpida.
Esos "hermanos ascendidos" se unen al Ejército de Cristo para el trabajo arduo de limpieza de las costras abismales y para socorrer a los sufridores allí aprisionados.
Sus mentes, ya bastante evolucionadas, conquistan adeptos y se unen a Grupos instituidos en la materia y el plano invisible para actuar directamente en las áreas de expurgo. Sus nombres, no importan, pues la mayoría son anónimos en la historia contada a la humanidad, pero son hijos de la Tierra y a ella retornan para lanzarse al trabajo de los "tiempos finales".
El tiempo que es infinito, se agota para esta humanidad.
Por todas partes está el incesante apelo de las tinieblas, como acicate cotidiano en las mentes de las criaturas, manteniéndolas en conflictos internos y colectivos.
No ven los encarnados, que con sus propias vibraciones inferiores, lanzadas en el ambiente y absorbidas por las dimensiones invisibles, están contribuyendo de forma inexorable a la destrucción de lo bello, de lo sano y de la propia felicidad que anhelan?
El Ejército de Cristo recibe nuevos adeptos procedentes de otros Orbes, no obstante, son hijos de la Tierra; mientras tanto, los encarnados se auto-destruyen.
Jesús es nuestro Pastor y nada nos faltará.
Samuel
P - Señor, trabaja en nuestra Casa?
Samuel - Trabajamos en varios Grupos fuertes en el trabajo con Cristo, que nos guía.
La firmeza de propósitos, la fe y el coraje, la determinación y la confianza que depositan los Trabajadores del plano espiritual, nos atrajeron hacia esta Casa.
Vuestro Maestro también es nuestro Maestro.
Salve Jesús.
Samuel
GESH - 27/10/2006 - Vitória, ES - Brasil