La Tierra camina incontinente hacia la ansiada transformación. Su humanidad imperfecta no comprende las señales y continúa impermeable al dolor ajeno.

El egoísmo la domina, el materialismo la consume. LA violencia desmedida aterroriza los hogares y los niños son profanados en su pureza.

Humanidad primitiva, que a pesar de que ya no se cubre con pieles de animales, actúa como si fuesen fieras.

No siente amor por la vida ajena.

No da cobijo al huérfano; no sacia el hambre; no viste al desnudo; no pronuncia palabras de esperanza para el desesperado.

Sus fríos corazones les lanzan, magnéticamente, hacia orbes semejantes, áridos y gélidos, sin ninguna emoción, sin ningún sentimiento fraterno.

Dad las manos a los necesitados mientras tengáis un cuerpo físico en condiciones para hacerlo.

No retraséis aún más vuestro ascenso evolutivo.

No esperéis nada a cambio, pues aquel que posee la gloria del mundo, no merecerá la Gloria de los Cielos!

Despertad hermanos! El tiempo se acaba!

Jesús, el Cristo Consolador, nos llama al cambio.

Sigámoslo.

Joana de Ângelis

GESH - 03/11/2006 - Vigília ASJ - Vitória, ES - Brasil