Discípulos amados,
Que la paz esté con vosotros.
Sois dedicados trabajadores de Cristo.
Cada uno de vosotros, llegó a esta Casa en busca de equilibrio interior, de atenuantes para vuestras dificultades existenciales y de seguridad, y en busca de esperanza en el porvenir.
Tras años de dedicación y trabajo constructivo, habéis alcanzado el equilibrio interno deseado, se han suavizado vuestros pasos en la jornada terrena y vislumbráis con esperanza un nuevo día; os afirmamos que este es el momento en el que debéis dedicaros con mayor ahínco y amor a esta Casa de Caridad que tanto os ha dado.
Aumenta el volumen de las tareas administrativas y vosotros que sois trabajadores dedicados, debéis esforzaros en cumplir, cada uno, la parte que os cabe, procurando atender en la medida de lo posible a otras necesidades que puedan surgir, evitando una sobrecarga para un número reducido de trabajadores.
Es hora de que unáis los brazos y las manos para resolver problemas y dedicaros todo lo que podáis, hasta el sacrificio si fuera preciso, a la tarea bendita de servir en la Siembra de Cristo!
Los desequilibrios se multiplican a vuestro alrededor en la esfera física y espiritual y no seréis capaces de manteneros equilibrados ante la muchedumbre, si no mantenéis viva la llama de la fe en vuestro interior, alimentada por el trabajo desinteresado y anónimo en la Siembra de Jesús.
Hermanos, disponeos a servir a la Causa que acogisteis, porque es a través del trabajo como retiráis los escombros que lanzasteis, en el pasado, sobre vosotros mismos. No sois capaces de sacrificaros por la materia? Pues bien, multiplicad vuestra voluntad y echad mano de las reservas energéticas para el trabajo en la Siembra de Cristo, que os garantizará un escalón más en la escala de la regeneración.
Buscad servir siempre con amor.
Sois los necesitados y los mayores beneficiados con el trabajo redentor.
No hay evolución sin lucha y trabajo.
Que Jesús guíe vuestros pasos.
Vuestro Maestro
Ramatis
GESJ - 02/07/2007 - Vitória, ES - Brasil