Hermanos, amaos, como Jesús nos enseñó.

¡Amaos, como Jesús nos ama! 

La Ley del Amor es aquella que libera el alma de los atavismos que la encadenan a los planetas expiatorios. Juzgarse injustificado por los sufrimientos y desdichas es absoluta ignorancia.

Innúmeras son las oportunidades que todos nosotros obtenemos de la Divinidad para nuestro progreso. La Ley del Amor es siempre la gran impulsora del progreso de las almas. 

Haced al prójimo aquello que os gustara que os hiciesen, no olvidando de amar a Dios sobre todas las cosas.

El amor, mis hermanos, libera; ¡el odio aprisiona! 

Mientras el sentimiento malsano domina vuestras mentes y corazones, conduciendo vuestras acciones en la jornada diaria con el prójimo, no podréis desligaros de los planetas atrasados. 

Solamente cuando el amor esté al frente en todos vuestros gestos, pensamientos, palabras y acciones, estaréis en condiciones de merecer habitar un mundo mejor. 

La pobreza no es castigo, así como la riqueza no es privilegio. Ambas son medios utilizados por las Leyes de Dios para el progreso de los seres.

En la pobreza, se desarrolla la resignación, la humildad, la paciencia. En la riqueza, la criatura tiene la posibilidad de practicar el desapego, la fraternidad, el amor al prójimo.

Por tanto, hermanos, que las injusticias humanas no os impidan de accionar, en vuestro interior, la dínamo del desenvolvimiento de las virtudes que ennoblecen el alma, fortaleciendo la fe y la confianza en los Designios de Dios. 

Amparaos en el Amor de Cristo, en Sus Lecciones inmortales, para afrontar las luchas en la materia, cumpliendo vuestro karma, anulando en vosotros mismos el mal, clareando el alma.

La dureza de las pruebas es proporcional a la necesidad de limpieza de vuestras almas.

Cizaña y trigo crecen juntos en el mismo suelo, enfrentándose a las mismas intemperies, para que después se pueda separar. De modo semejante, los diferentes seres humanos enfrentan las mismas pruebas arduas, para alcanzar sublimes vibraciones de armonía con las Leyes de Dios, y aquellos que las alcanzaren serán separados de los réprobos que seguirán para nueva oportunidad evolutiva.

Dios es Amor, es Justicia, es Bondad.

Jesús es la Luz que nos guía en el camino de la liberación.

Soy Francisco, vuestro hermano, y os insto a amarnos unos a otros, como el Padre nos ama.

Que Jesús, el Maestro del Amor, conduzca vuestros pasos al camino de la ascensión y de la gloria en el Reino de los Cielos.

Salve, Jesús.

 

Francisco de Asís

GESH - 26/05/2018 - Vitória, ES - Brasil

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